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El Gobierno reafirmó ayer su exigencia a ETA a que deje las armas para escuchar las propuestas de Batasuna tras el atentado que la banda terrorista perpetró en Getxo y que para el PP es un «recordatorio» de la «prudencia» con la que debe afrontarse este problema.

También el secretario general del PSOE en el Congreso, Diego López Garrido, consideró que el atentado hace «todavía más inimaginable» cualquier «aventura política» que se pudiera plantear en el País Vasco, mientras que el coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, instó a Batasuna a que haga creíble su oferta de diálogo condenando la acción terrorista.

En el País Vasco, Batasuna no ha querido pronunciarse sobre la acción terrorista después de que por la mañana asegurara que «el proceso de paz de momento no existe», una actitud que le valió las críticas de los partidos y la advertencia del Ejecutivo autonómico porque con esta acción, ETA pretende «dinamitar cualquier proceso que esté abierto».

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, conoció en Toulousse (Francia) la explosión del coche bomba y allí se remitió a las palabras que pronunció el pasado sábado en San Sebastián al asegurar que para escuchar a los representantes de Batasuna es necesario «que cese de una vez el ruido de las bombas y las pistolas».

Por su parte, el ministro de Interior, José Antonio Alonso trasladó al Gobierno vasco el apoyo de su gabinete y de las Fuerzas de Seguridad del Estado en la lucha contra el terrorismo.

El PP pidió «máxima firmeza» en esta tarea a través de su secretario de Justicia, Ignacio Astarloa, para quien el atentado de Getxo constituye un «recordatorio importante acerca de la prudencia con la que hay que afrontar siempre cualquier tipo de comentarios en relación con el terrorismo porque, mientras ETA existe, ETA mata».