Zapatero y Chávez conversan poco antes de la reunión que mantuvieron en La Moncloa.

Zapatero y Chávez conversan poco antes de la reunión que mantuvieron en La Moncloa.

AgenciasMadrid24/11/04 0:00
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«En el anterior Gobierno, cosa inédita en la diplomacia española, el embajador español recibió instrucciones de apoyar el golpe, cosa que no se va a repetir en el futuro. Eso no se va a reproducir porque nosotros respetamos la voluntad popular». Estas fueron las palabras de Moratinos en el programa '59 segundos', emitido en la noche del lunes por TVE para referirse a la intentona golpista en 2002 contra el Gobierno de Chávez.

Fuentes cercanas al ex presidente del Gobierno aseguraron que Aznar se mostró sorprendido por este ataque de mentiroso, que tachó de «tan mentiroso como gratuito». Aznar no hará declaraciones sobre esta situación y se remite enteramente a la declaración realizada por Rajoy.

Y la respuesta de Rajoy fue contundente y por medio de una declaración pública sin admitir preguntas de los periodistas. «Exigimos al presidente del Gobierno que desmienta lo afirmado por su ministro de Asuntos Exteriores», dijo el líder popular, e incluso que Rodríguez Zapatero «se replantee su idoneidad para asumir esta alta responsabilidad».

El propio Chávez se mostró convencido de que Aznar apoyó la intentona golpista. «No tengo duda de que fue cierto. Fue un gravísimo error del anterior Gobierno, porque estoy seguro de que el pueblo español, las instituciones democráticas y el Rey son buenos amigos de Venezuela», explicó el presidente venezolano, que recordó que el entonces embajador de España en su país acudió «raudo y veloz» a saludar a Carmona. «Y además junto al embajador estadounidense. Qué raro...», ironizó Chávez.

Y es que el malestar de Rajoy es tanto con Moratinos como con el propio Chávez, que no ha dudado en proclamar aprovechando su visita a España que «con Aznar no hubo ni química, ni física, ni matemática» y en asegurar que no está en su agenda de la visita una entrevista con el líder del PP. Para Rajoy, éstas y otras manifestaciones «exceden en mucho de lo que es aceptable en un país democrático y occidental viniendo además de un mandatario extranjero».