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Cuando casi todos esperaban el fin de la comisión de investigación sobre los atentados del 11-M, los grupos parlamentarios llegaron a un acuerdo unánime. Habrá una nueva reunión el día 15 y será entonces cuando se decida quién dará explicaciones en la comisión. No se hizo ayer para evitar nuevas tensiones entre los partidos.

La comisión tiene el objetivo de cerrar en la próxima reunión un paquete global y definitivo de comparecencias, aunque no se cierra la puerta «como excepción» a nuevas peticiones que se consideren imprescindibles. Sí está claro que nadie quiere dar carpetazo a la comisión, aunque las posiciones que tanto PSOE como PP han mantenido en los últimos días parecían indicar lo contrario. «Nadie ha planteado ir con prisa», dijo Rivero, sino que los grupos se tomarán «el tiempo que sea necesario para trabajar con el máximo rigor».

Entre las peticiones de los grupos minoritarios sigue estando el ex presidente del Gobierno José María Aznar, aunque ni PSOE ni PP parecen dispuestos a facilitar su presencia. Antes las reticencias que las dos formaciones habían mostrado, IU, CiU, PNV, ERC y el Grupo Mixto se atribuyen el mérito de que esta reunión de la comisión no haya sido la última.

La reunión de la comisión del 11-M se saldó con un acuerdo por unanimidad. A ello contribuyó, según explicó su presidente, Paulino Rivero, la decisión de dejar para la reunión del día 15, la votación sobre las diferentes solicitudes de comparecencia. Será entonces cuando se sepa si Aznar declara ante la comisión, aunque esta será la cuarta ocasión en que se anuncia una decisión sobre este asunto.

Independientemente de las comparecencias que se soliciten, los grupos seguirán trabajando en sus conclusiones. Rivero ve posible un acuerdo siempre y cuando se mantenga «la magnífica disposición» que, dijo, tienen ahora mismo todos los grupos. Será en la reunión del día 15 cuando se establezca la forma de redactar las conclusiones definitivas, que serán las que se eleven al Pleno. Podría ser una ponencia la encargada de aglutinar las conclusiones de todos los grupos, como quiere el PSOE, o por el contrario una sola persona, como defienden tanto PP como CiU.