El argelino Abdelkrim Beghadadi y el sirio Safwan Sabagh, detenidos por la policía.

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En el piso de Leganés se suicidaron siete de los autores del 11-M. Según informó ayer, viernes, el ministro del Interior, José Antonio Alonso, los dos últimos arrestados son el argelino Abdelkrim Beghadali, de 41 años y domiciliado en la localidad valenciana de Tavernes de la Valldigna, y el sirio Safwan Sabagh, de la misma edad y residente en Valencia.

En el momento de su primera detención, la Jefatura Superior de Policía de Valencia emitió un comunicado en el que se aseguraba que Sabagh, Beghadali y un segundo argelino arrestado entonces formaban parte, supuestamente, de una célula radical islámica, «descartándose en principio su relación con los atentados de Madrid del 11-M». De Beghadali y de su compatriota se informaba, además, que podrían estar relacionados con miembros de una célula del Grupo Islámico Armado (GIA) desarticulada en Valencia en 1997.

El ministro Alonso indicó que ambos habían sido ya detenidos los pasados 22 y 23 de marzo en relación con estos hechos, aunque el día 24 de ese mes quedaron en libertad sin cargos tras prestar declaración y ante la ausencia de elementos incriminatorios.

Los tres detenidos en marzo permanecieron hasta última hora del día 24 de ese mes en las instalaciones de la Jefatura Superior de Policía de Valencia, y fueron puestos en libertad sin llegar a pasar a disposición judicial. Las nuevas pruebas han conducido de nuevo a la detención de dos de ellos.

Por otra parte, El Tribunal de Justicia de Amsterdam decidió ayer a Bélgica al belga de origen marroquí Khalid Bouloudo, sospechoso de estar implicado, al menos indirectamente, en los atentados del 11-M y de Casablanca en mayo del año pasado.

El juez estimó que el dossier presentado por Bélgica «incluye suficientes sospechas de que Bouloudo participa en actividades de un grupo terrorista».