Los testimonios de los comparecientes en la primera sesión de la
comisión parlamentaria que investiga los atentados del 11-M
mostraron ayer contradicciones sobre la hora en la que,
supuestamente, se hallaron los detonadores de la furgoneta de
Alcalá de Henares que usaron los terroristas autores de la masacre.
Además, en el transcurso de la sesión la directora del Instituto
Anatómico Forense de Madrid, Carmen Baladía, desveló que a las 1.20
horas del día 12, cuando concluyeron las autopsias, los forenses
sabían que no había terroristas suicidas entre las víctimas de los
atentados, mientras que el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) ya
lo había afirmado unas ocho horas antes.
Relató asimismo que, en su primer traslado a la Brigada Provincial
de Información para prestar declaración, preguntó a los agentes que
le llevaban si era verdad lo que dijo Arnaldo Otegi, portavoz de la
ilegalizada Batasuna, de que los atentados no habían sido obra de
ETA. El funcionario policial que conducía el vehículo en el que era
trasladado le respondió: «es que no ha sido ETA».
El primero en comparecer, Luis Garrudo, portero de la finca de
Alcalá de Henares (Madrid) que detectó la furgoneta utilizada por
los terroristas para trasladar los explosivos, manifestó a los
comisionados que en torno a las 12.30 horas del 11 de marzo escuchó
que se habían encontrado en el vehículo detonadores y cintas, lo
que fue desmentido horas después por el tercer compareciente, el
comisario jefe de Policía de Alcalá, Eduardo Blanco. La imagen de
los tres comparecientes, al igual que la del resto de los citados
durante esta semana, estuvo protegida mediante una distorsión de la
señal de televisión que impedía que se identificaran sus caras, al
tiempo que los periodistas gráficos tuvieron prohibido el acceso a
la sala mientras se encontraban dentro los declarantes.
La expectación que había levantado la comparecencia del portero
no defraudó, ya que Garrudo, además de facilitar la hora en la que,
según escuchó, se encontraron los detonadores, dijo que desde el
primer momento los sospechosos que pudo ver al lado de la furgoneta
le parecieron extranjeros. Además, desveló que entre las siete y
las ocho de la tarde del 11-M la Policía le mostró fotografías de
personas de raza árabe, algunas de ellas con gorros y pañuelos
palestinos.
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