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La marcha comenzó pasadas las 18.00 horas y en torno a las 19.30 horas, cuando los últimos manifestantes estaban todavía en el entorno de la plaza de La Cibeles, la brigadista española Rosa Peñarroya leyó un manifiesto de condena por la ocupación de Irak y en solidaridad también con los pueblos palestino y checheno. El texto rechazó la «ofensiva unilateral contra la paz, la soberanía de las naciones y la legalidad internacional», calificada de «ocupación colonial a la vieja usanza».

También intervinieron el premio Nobel de literatura José Saramago, la escritora Almudena Grandes, los actores Juan Diego y María Barranco y el cantautor Lluis Llach, quien cerró el acto con su interpretación de «L'estaca». Saramago subrayó que, tras los atentados de la semana pasada, «Madrid es clara y rotundamente la capital moral de Europa» y consideró que los minutos de silencio que se guardaron en todo el mundo se convirtieron en «muchas horas de duelo».

Antes del inicio de la marcha, la secretaria de relaciones con las ONGs y movimientos sociales del PSOE, Leire Pajín, señaló que su partido «quiere volver a la calle para decir no a las guerras preventivas, injustas e ilegales». Por su parte, en esta manifestación contra la ocupación de Irak y a favor de la retirada de las tropas españolas, el coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, reclamó al Gobierno que desclasifique los documentos de los servicios secretos sobre la guerra de Irak y sobre el accidente del Yakolev, igual que ha hecho con los de la investigación de los atentados de Madrid. Unas 150.000 personas se manifestaron por el centro de Barcelona de forma pacífica según la Guardia Urbana -250.000 según los organizadores- convocadas por la plataforma «Aturem la Guerra». Al final del recorrido, dos portavoces de la plataforma leyeron un comunicado en el que se exige «la retirada inmediata de todas las fuerzas militares que ocupan Irak».