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La bomba, que explotó hacia las 16.20 horas en el hotel Tamarises, estaba compuesta por más de quince kilos de material explosivo.

Cinco minutos antes de la hora anunciada para la explosión, agentes de la Ertzaintza habían desalojado tanto el hotel como el restaurante ubicado en el mismo edificio.

El artefacto estaba colocado en el aseo de caballeros y ocasionó daños materiales en los propios baños, la cafetería y la cocina.

La bomba explotó media hora después de que el hotel fuera desalojado por la Ertzaintza tras el aviso de la colocación realizado hacia las 15 horas al diario Gara, en nombre de ETA.

Este inmueble está situado en el paseo de la playa de Ereaga y se trata de un edificio aislado. Las viviendas más cercanas están situadas a unos cincuenta metros.

Tras la explosión, el Gobierno Vasco expresó su «más firme condena» por lo ocurrido y destacó que la organización terrorista «vuelve a mostrar su imagen violenta y cínica».

En un comunicado, indicó que el hecho de que no se hayan producido víctimas «en nada minimiza la intención criminal de quienes han colocado el artefacto explosivo y sus intenciones de provocar daño y terror».