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Los diputados del PP reclamaron ayer a gritos en el hemiciclo la dimisión del portavoz socialista, y le «plantaron» durante el tiempo que duró la pregunta que dirigió al vicepresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en una crispada sesión de control. El portavoz del PP, Luis de Grandes, precisó que lo ocurrido, que calificó de «plante», es «una vieja práctica parlamentaria» y dijo que el PP no abandonó por completo el hemiciclo al permanecer en el mismo su portavoz, miembros de la Mesa y del Gobierno. La mayoría de los parlamentarios salieron del salón de plenos cuando la presidenta del Congreso, Luisa Fernanda Rudi, anunció que Caldera iba a formular su pregunta.

Mariano Rajoy cuestionó al portavoz socialista «si no le queda un poco de dignidad para atreverse a hacer una pregunta después de lo que hizo ayer»; acabada su intervención los diputados populares regresaron a sus escaños y le dedicaron una larga ovación mientras coreaban «¡Dimisión!», en alusión a Caldera.

Caldera, aplaudido también durante varios minutos por sus compañeros de partido en ausencia de los diputados del grupo mayoritario, pidió tranquilidad al Gobierno y al PP y les contestó que «tendrán tiempo de pedir dimisiones cuando estén en la oposición, que será pronto». El portavoz socialista lamentó que «quien ha mentido día tras día sea capaz de decirme esto», ratificó íntegramente la denuncia que hizo ayer y aseguró que el Gobierno incurrió en una doble responsabilidad respecto al cambio de rumbo que adoptó el barco. Rajoy le reprochó que usara un documento oficial «del que quitó varias frases» para transmitir a la opinión pública «una mentira».