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Gobierno y oposición discreparon ayer sobre los resultados de la Presidencia española de la UE. En su comparecencia para informar del semestre comunitario, el presidente del Gobierno, José María Aznar, afirmó que se han cumplido todos los objetivos, especialmente en materia de lucha contra el terrorismo, ampliación, reforma de la Unión e inmigración, a pesar de las circunstancias del 11-S.

A pesar de ello, la Presidencia ha conseguido avances en la lucha antiterrorista, en la implantación del euro, el impulso de la ampliación, la modernización económica y social, en una presencia «más intensa y cohesionada en el mundo», y en el proceso de reformas institucionales en la Unión.

Criticó a los dirigentes de la oposición por sacar conclusiones negativas del semestre y les recomendó «que se lean los papeles» porque todos los objetivos marcados en diciembre, incluida la inmigración y el asilo, habían sido impulsados.

El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, consideró que Aznar cierra el semestre «con mucha menos credibilidad» y «cada día más solo», y se mostró especialmente crítico con la política informativa del Gobierno. En su opinión, la presidencia se ha caracterizado por tener «poco rumbo y muchos bandazos», entre los que destacó la «improvisación y oportunismo» en materia de inmigración, así como por «los temores y las amenazas».

En su réplica al portavoz socialista, Aznar criticó que Rodríguez Zapatero se haya dedicado a «apoyar, convocar e instar» a la huelga el día antes de un Consejo Europeo, algo que calificó de «perfecta irresponsabilidad».