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El presidente del Gobierno, José María Aznar, advirtió al Reino Unido y a Gibraltrar, en una entrevista que ayer publicaba ´The Guardian´, de que España no renunciará nunca a la soberanía completa sobre el Peñón. El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, precisó que este petición incluye también la base naval, que no podría quedar al margen de un eventual pacto. Esa falta de acuerdo, además, supondría para Piqué un «serio» deterioro de las relaciones con Londres. Estas declaraciones no han sentado bien ni en las autoridades británicas ni en las gibraltareñas, siempre según el mismo diario.

José María Aznar aseguró al diario británico que en el caso de que los gibraltareños no acepten el acuerdo en la actual negociación bilateral, España seguirá presionando para excluir al Peñón de las principales iniciativas de la Unión Europea. «Esta es probablemente la mejor oportunidad que hemos tenido desde 1714, no tiene sentido mantener la situación actual», concluyó.

Estas palabras del presidente español, siempre según relata ´The Guardian´, han «enfurecido» al ministro principal del Peñón, Peter Caruana, y tampoco han gustado a las autoridades gibraltareñas, que consideran que este tipo de manifestaciones pueden dificultar que los ciudadanos de Gibraltar acepten el acuerdo bilateral. Con este objetivo, el ministro de Exteriores británico, Jack Straw, visitará el Peñón el viernes, la primera del máximo representante del Foreign Office desde 1989.

Josep Piqué, además, añadió más leña al fuego. El Partido Socialista había solicitado la comparecencia del ministro en la Comisión de Asuntos Exteriores del Senado, y allí Piqué ratificó la dicho por Aznar, e incluso fue más allá. «Cuando España plantea su aspiración de soberanía sobre Gibraltar, la colonia y el Istmo, lo hace sobre la totalidad del territorio, incluida la base naval», explicó, porque «no puede haber una parte que quede al margen del acuerdo». En lo que se refiere a la base, Piqué aseguró que una vez salvados los principios de soberanía, será «razonable» establecer «algún tipo de acuerdo, no necesariamente en estos momentos, que dé satisfacción a las necesidades operativas de la marina británica».

Hasta ahora, Piqué considera «satisfactorio» el avance de las negociaciones con Reino Unido, aunque advirtió que la falta de acuerdo «deterioraría seriamente» la relación entre ambos países. El próximo día 20, José María Aznar y Tony Blair se tiene proyectado reunirse en Londres, y el ministro español confió en que se deje a los presidentes el «trabajo fácil». Antes del verano, dijo Piqué, se tendrán que haber dado un primer paso «muy importante e irreversible». Además, aseguró que el Gobierno tratará de contar con el respaldo de los grupos parlamentarios.