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El presidente de turno de la UE, José María Aznar, cree que la Cumbre de Barcelona hace «irreversible» el proceso de reformas económicas y sociales iniciadas en Lisboa, unas medidas que, según el presidente de la Comisión, Romano Prodi, constatan que Europa «avanza por el buen camino». Esa es la conclusión que Aznar y Prodi sacaron de la Cumbre celebrada en la Ciudad Condal, según explicaron en la conferencia de prensa que ofrecieron al término de la misma junto con el secretario general del Consejo, Javier Solana. El presidente del Gobierno destacó que en Lisboa, hace dos años, se reconoció la necesidad de que la UE se convirtiera en el espacio más flexible del mundo desde el punto de vista económico y en la conveniencia de adoptar medidas hacia el objetivo del pleno empleo.

«En Lisboa adoptamos una opción y en Barcelona hemos comenzado a construirla con todas sus consecuencias», añadió Aznar, quien insistió en la «irreversibilidad» del proceso que puede aprovechar de forma adecuada una recuperación económica que creen ya comenzada. Tras reiterar el compromiso unánime con el pacto de estabilidad y con el logro del equilibrio presupuestario en el año 2004, se refirió a los acuerdos de Barcelona en materia energética, donde opinó que se ha dado un «paso fundamental» al abrir los mercados de gas y electricidad en el 2004 para los consumidores no domésticos. Ese acuerdo supondrá lograr el 60% de liberalización del mercado, una cifra que considera prudente y que cree que será superada.

Al hilo de ello, expresó su deseo de que la liberalización de la energía se acuerde en un futuro para todos los consumidores y para ello explicó que se ha dado un mandato para tomar decisiones antes del Consejo de primavera del próximo año. También Prodi resaltó el hecho de haber logrado compromisos concretos en este ámbito y negó que se hayan hecho cambios en las previsiones iniciales para beneficiar al interés particular de Francia. Importancia especial dio igualmente Aznar al acuerdo sobre fiscalidad de energía y al de interconexión eléctrica entre Estados miembros, una cuestión que, para él, hace que «España deje de ser una isla energética en Europa». En el terreno del empleo, Aznar apostó por el objetivo de crear más de veinte millones de puestos de trabajo hasta 2010 y por las reformas que hagan posible esa meta.

En política internacional, elogió la declaración aprobada en el Consejo sobre Oriente Medio, así como el acuerdo de Serbia y Montenegro para la creación de un nuevo Estado federal y confió en que se superen cuanto antes las dificultades en la relación entre la UE y la OTAN. El alto representante para la política exterior de la UE, Javier Solana, defendió el informe que presentó sobre las futuras modificaciones del Consejo Europeo y consideró que esa «autorreforma» es compatible con los trabajos de la Convención que analiza las futuras modificaciones institucionales de la UE.