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La tasa interanual de noviembre (2'7%) es la referencia para calcular la compensación que recibirán los pensionistas para recuperar su poder adquisitivo, dado que sus prestaciones se calcularon con el IPC previsto para el conjunto del año (2%). Estas siete décimas de diferencia supondrán que la Seguridad Social abone a los más de 8'2 millones de pensionistas 115.588 millones de pesetas, de los que 59.855 se destinarán a una paga compensatoria que se abonará en enero y 55.733 a la consolidación de la desviación de los precios en el 2002.

La inflación subyacente "excluye la variación de los precios energéticos y de los alimentos frescos" creció un 0'2% y se situó en el 3'7% en tasa interanual. Los grupos más inflacionistas fueron «vestido y calzado» y «alimentos y bebidas no alcohólicas» con encarecimientos del 0'5 y el 0'3%, seguidos de «bebidas alcohólicas», «menaje», «medicina», «ocio y cultura», «enseñanza» y «otros» (0'1%). Por el contrario, «vivienda» y «hoteles, cafés y restaurantes» no variaron sus precios y «comunicaciones» y «transporte» los abarataron el 1'4 y 1'3 por ciento.

Los productos protagonistas del descenso del IPC fueron los abaratamientos de la carne de cerdo (5'1 por ciento), de ave (3'8 por ciento), gasolinas y gasóleo (1'2 por ciento) y telefonía (1'4 por ciento). Por comunidades, el IPC aumentó en Asturias (0'1 por ciento), no varió en Aragón, Balears, Cantabria, Catalunya, Murcia, Navarra y La Rioja y bajó en Andalucía, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Galicia y Madrid (0'1 por ciento), en Castilla y León, Extremadura y País Vasco (0'2 por ciento), tasa similar a la de las ciudades de Ceuta y Melilla, y en Canarias (0'3 por ciento).

El INE también difundió el Indice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) que descendió una décima en noviembre y se situó en el 2'8 por ciento en tasa interanual, con lo que el diferencial de inflación de España se sitúa en siete décimas. El ministro de Economía, Rodrigo Rato, dijo que el IPC de noviembre demuestra que no hay riesgos para el poder adquisitivo y que se está registrando una «clara desaceleración de las tensiones inflacionistas» pese a que España mantiene importantes diferencias positivas de crecimiento con el resto de las economías europeas.

Por su parte, el secretario de Estado de Economía, José Folgado, alertó de que el redondeo al alza de los precios por la implantación del euro que no esté ligado a una mejora de la calidad es «muy peligroso» para la economía española y reconoció que la inflación subyacente «debería ser inferior». Empresarios y sindicatos han sido unánimes en considerar positivo el retroceso de la inflación en noviembre y en mostrar su preocupación por el mantenimiento del IPC subyacente, por lo que piden al Gobierno medidas urgentes para actuar contra la inflación estructural. Además, unos y otros exigen a la Administración que actúe de forma clara para evitar alzas de precios abusivas coincidiendo con la puesta en circulación del euro.

El PSOE advirtió de que el Gobierno cometería «un grave error» si tratara de engañar a los ciudadanos con el «falso mensaje» de que la inflación está controlada, porque «sólo baja lo que no depende de su actuación» y «lo demás sigue subiendo». Para CC OO, la bajada del IPC supone una noticia «positiva» poco antes de la implantación del euro, que a su juicio tendrá una incidencia inflacionista, extremo en el coincide UGT. La CEOE valoró la bajada de los precios y destacó que la inflación anual se ha situado por primera vez en el año por debajo de «la barrera del tres por ciento».