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OTR/EFE Partidos políticos, salvo EH, sindicatos y otras organizaciones condenaron ayer el atentado perpetrado por ETA con un coche bomba en Logroño y el lehendakari en funciones, Juan José Ibarretxe, llamó al presidente de La Rioja, Pedro Sanz, quien percibió «un cambio de actitud» en el Gobierno vasco. El ministro de Exteriores, Josep Piqué, condenó el atentado cometido por ETA en Logroño aseguró que «la solidaridad internacional con España y en contra de ETA es total y absoluta» y dijo que ETA no conseguirá nunca sus objetivos.

El portavoz del Gobierno vasco, Josu Jon Imaz, aseguró que el atentado supone «una violación inaceptable de los derechos humanos de las personas». El portavoz del PNV, Joseba Egibar, dijo que ETA «podrá seguir aferrándose al uso de la fuerza, pero terminará no sólo como una organización abandonada y despreciada, sino también con claros exponentes de ser integrista y fanática».

El portavoz del PNV en el Congreso, Iñaki Anasagasti, dijo que «este no es un Movimiento de Liberación Nacional, sino de destrucción nacional, y lo único que cabe aquí es que el mundo de HB le diga que pare de una vez, que así no se puede continuar, que este es un absurdo que no tiene ningún sentido», concluyó.

El presidente del PP del País Vasco, Carlos Iturgaiz, afirmó que el atentado «demuestra que ETA va a seguir amenazando y matando, tal y como dijo en su entrevista», publicada en los diarios Gara y Egunkaria, hace unos días, y pidió firmeza democrática contra este tipo de acciones.

El secretario de organización de EA, Rafael Larreina, condenó el atentado que, en su opinión «viene a subrayar el desprecio que ETA tiene a la voluntad de la ciudadanía vasca, y a la voz, la palabra, y la decisión de Euskal Herria».