La bomba estaba alojada en una olla a presión en un Renault Clio
rojo, inclinada hacia la calzada, para ser explosionada al paso de
una persona o un vehículo. El coche-bomba colocado en la calle
Sangenjo "junto a la denominada Ciudad de los Periodistas y próxima
al Centro Comercial La Vaguada y a los hospitales La Paz y Ramón y
Cajal" se incendió a las 15.30 horas cuando, al parecer, los
terroristas activaron el cebador del explosivo contenido en la
olla, en el momento que pasaba su objetivo pero que no llegó a
explosionar.
Tras el atentado fallido, los terroristas hicieron explosionar
en las inmediaciones del lugar, en la Vía Límite del Barrio de La
Ventilla "junto a la Plaza de Castilla", un Renault 19 de color
blanco que usaron para huir con el objeto de borrar sus huellas. La
policía atribuye al «comando Madrid» de ETA este atentado
frustrado. El artefacto estaba armado con más de 40 kilos de
dinamita procedente del robo cometido en Plevin (Francia), donde la
banda se hizo en 1999 con cerca de ocho toneladas de explosivos, y
el fallo del detonador evitó que se repitiera una tragedia como la
ocurrida el pasado 30 de octubre cuando un coche bomba acabó con la
vida del magistrado del Supremo Francisco Querol Lombardero, su
escolta y su conductor.
Una vez desactivado el coche-bomba, el director general de la
Policía, Juan Cotino, declaró que «es demasiado pronto» para saber
qué fin perseguían los terroristas. Fuentes policiales informaron
que el coche-bomba y el vehículo que posteriormente explosionaron
los etarras habían sido robados. El Renault Clio rojo, en el que
los terroristas colocaron los cuarenta kilos de dinamita, fue
sustraído el 29 de diciembre en el barrio madrileño de Hortaleza y
llevaba placas de matrícula robadas. El Renault 19 de color blanco
había sido robado el 1 de septiembre, también en Madrid.
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