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La dimisión del director general de Telemadrid, Silvio González, a petición del presidente regional, Alberto Ruiz-Gallardón, tras la emisión del programa «Los caminos de Euskadi», ha suscitado una fuerte reacción en las filas de la oposición mientras que desde el Gobierno central se sostiene que no es una cuestión que le corresponda comentar.

El vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy, aseguró que la decisión de Ruiz-Gallardón «no es competencia del Gobierno sino de la comunidad de Madrid» aunque, dijo, «en el tema del terrorismo hay que ser siempre beligerante», mientras que el ministro Portavoz, Pío Cabanillas, se limitó a recordar que no es una cuestión que le corresponda comentar al Gobierno de la nación.

Por su parte, el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, se mostró «sorprendido» por el cese de González ya que, estimó, «no es el estilo que normalmente acompaña» a Ruiz-Gallardón, mientras que la coalición IU consideró que el regidor madrileño se ha desprendido de su «falsa» actitud como representante de la «derecha dulce» del PP y la calificó de «censora» y «dictatorial».

La Confederación de Sindicatos de Periodistas tachó la destitución de Silvio González de una «muestra flagrante» de un asunto «no resuelto todavía en el estado español: la directa dependencia de los Gobiernos de todas las radiotelevisiones públicas». La directora de los servicios informativos del ente, Elena Sánchez, presentó ayer su «dimisión irrevocable» en este puesto como «única decisión posible después de la decisión adoptada por Silvio González» y la lealtad que le une. Mientras, el portavoz de EH, Arnaldo Otegi, negó que en el reportaje amenazara a los madrileños, unas declaraciones que parece son las que crearon la crisis.