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El Banco de España certificó ayer que el crecimiento de la economía se está desacelerando «ligeramente» como consecuencia del menor dinamismo de la demanda nacional, debido a un avance más moderado tanto del consumo final como de la inversión.

No obstante, la autoridad monetaria constata, en su 'Boletín económico' de diciembre, que el PIB mantuvo en el tercer trimestre de 2000 un «ritmo de crecimiento elevado», un 4'1%, dos décimas menos que en trimestres anteriores, pero una tasa superior a la media de 1999 (4%). En este sentido, señala que la contención en el ritmo de crecimiento experimentado por la actividad en la industria y los servicios se compensó con el «avance más decidido» de la producción energética y de la construcción. Además, subraya la menor aportación negativa del sector exterior al crecimiento del PIB, que ha pasado a -0'1 puntos porcentuales.

El Banco de España constata que la mayor parte de los indicadores referidos al consumo privado mantuvieron en el cuarto trimestre del año «un perfil de desaceleración», con caídas tanto en las ventas al comercio al por menor como en los indicadores de confianza del comercio minorista y de los consumidores.

Sobre la evolución de la inflación, destaca la aceleración en los precios de los servicios turísticos y de algunos servicios de transporte, a raiz del encarecimiento de la energía.