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MADRID. EFE. El magistrado de la Sala Quinta de lo Militar del Tribunal Supremo Francisco Querol Lombardero, así como su chófer y su guardaespaldas, murieron esta mañana en Madrid en un atentado perpetrado con un coche-bomba, en el que al menos treinta personas resultaron heridas leves y otras tres graves. A las nueve y diez de la mañana se registró la explosión de un coche-bomba, en la confluencia de la calle Torrelaguna con la avenida de Badajoz, en la zona de Arturo Soria, a cincuenta metros de un centro de atención a la infancia gestionado por el Ayuntamiento de Madrid y bajo un edificio de 16 plantas, que ha resultado afectado al menos hasta la séptima planta.

Los terroristas hicieron explosionar el coche-bomba al paso del vehículo del Parque Móvil del Estado, un Renault con matrícula PME-1443-A, en el que viajaba el magistrado Francisco Querol Lombardero, señalaron a Efe fuentes policiales, y estalló en la parada del autobús de la línea 53 de la Empresa Municipal de Transportes (EMT), donde se encontraban numerosas personas. Querol Lombardero, de 69 años, casado y con cuatro hijos, tenía previsto jubilarse el próximo 30 de noviembre, informaron fuentes del Ministerio de Defensa.

Querol era general consejero togado desde 1988, pertenecía al Cuerpo Jurídico Militar de la Defensa e ingresó en la Sala Militar del Supremo en 1992. El escolta fallecido es el agente del Cuerpo Nacional de Policía Jesús Escudero García, de 53 años, destinado en Granada y que en la actualidad realizaba labores de escolta en Madrid, nació en la localidad granadina de Colomera estaba casado y tenía cuatro hijos. Escudero García fue destinado al servicio de escolta del magistrado asesinado el 9 de octubre, el mismo día en que ETA mató en Granada al fiscal jefe de Andalucía, Luis Portero. El conductor del automóvil era Armando Medina Sánchez, informaron fuentes de UGT, sindicato al que el fallecido estaba afiliado.

El automóvil en el que viajaban los fallecidos quedó totalmente calcinado por la explosión, que ha afectado, según el SAMUR, a más de treinta vehículos y a un autobús de la línea 53 de la EMT, que ha ardido y en el que viajaban al menos cuatro de los heridos, entre ellos el conductor, que resultó grave. Además, la onda expansiva provocó la rotura de cristales de tres bloques de edificios. Un portavoz del SAMUR calificó de «espectáculo dantesco» la dramática situación que se vivió en el lugar de los hechos, donde se ha instalado un hospital de campaña para atender a los heridos más leves, mientras que los más graves fueron trasladado a diversos centros hospitalarios de la capital.