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Don Felipe de Borbón, que entregó ayer en Oviedo los Premios Príncipe de Asturias 2000, ensalzó la labor del Rey por su carácter «innovador, moderno y cercano», y realizó un llamamiento al «entendimiento» contra el terrorismo entre «quienes anteponen el valor supremo de la vida al fanatismo y el crimen». El Príncipe se refirió a «los problemas por resolver» que hay en el País Vasco para afirmar que «siempre hay un lugar para el encuentro y el entendimiento entre los que anteponen el valor supremo de la vida al fanatismo y al crimen».

En su llamamiento al dialogo de los demócratas en el País Vasco, expresó su «firme esperanza» en que «el final de tanto dolor no puede estar lejos», y añadió que «sólo se puede construir un futuro digno ensalzando lo que une y no ensanchando lo que falsamente separa, integrando y no excluyendo». «No olvidamos ni olvidaremos nunca a las víctimas de la locura terrorista, que por todo el país reparte dolor y siega la vida», dijo don Felipe, lo que provocó una cerrada ovación a sus palabras.

En el discurso que cerró la ceremonia, celebrada en el Teatro Campoamor de Oviedo en presencia de la Reina, doña Sofía, el heredero de la Corona ensalzó la labor de su padre, de quien dijo que, junto a la Reina, comenzó hace 25 años un reinado que por «innovador, moderno y cercano supo ocupar el lugar apropiado que la historia y la convivencia democrática y plural demandaba». Don Felipe destinó la parte final de su discurso en la entrega de los Premios Príncipe de Asturias a elogiar la figura del Rey, que cumple el 22 de noviembre los 25 años de su llegada al Trono.