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El consejero de Interior del Gobierno Vasco, Javier Balza, reprochó ayer a algunos fiscales de la Audiencia Nacional que no acusaran ante el juez a personas que reconocieron ante éste haber colaborado con dos comandos concretos de ETA, y que han quedado en libertad, y lamentó que no exista la relación deseable entre algunos fiscales y la Ertzaintza.

Balza compareció para informar sobre el hecho de que de los doce detenidos por la Ertzaintza el pasado mes de agosto en sendas operaciones policiales contra los comandos «Vizcaya» y «Araba» de ETA, nueve fueran puestos en libertad. El consejero explicó, sin citar los nombres, que tres de los detenidos por la Ertzaintza relataron ante el juez diversas actuaciones de infraestructura para el «comando Vizcaya», y que quedaron en libertad sin cargos al no haber formulado acusación alguna la Fiscalía.

Recordó que ha habido «muchos casos» en los que este tipo de personas han utilizado la no adopción de medidas cautelares contra ellos para poder huir de la Justicia, y citó los casos, «tristes y lamentables», de los presuntos etarras Igor Solana y Harriet Iragi, detenidos recientemente en Andalucía, que fueron detenidos anteriormente por la Ertzaintza hace años y puestos en libertad condicional por un juez.

El consejero expuso tres casos concretos de otros tantos detenidos en las operaciones contra los dos comandos etarras en agosto. Dio a conocer que una de las detenidas por su presunta relación con el comando «Araba» de ETA, que quedó en libertad bajo fianza de medio millón de pesetas, reconoció ante el juez haber acogido a un miembro «legal» de la organización terrorista, al que llegó a ver armado en su casa y al que facilitó los medios para buscar otro escondite. Balza recordó que este presunto miembro de ETA se encuentra ahora huido de la Justicia.