La mujer y la hija de José Martín Carpena, en la capilla ardiente en el Ayuntamiento de Málaga.

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Para dar imagen de su fortaleza y de la reorganización de los comandos que ha realizado durante la tregua, la banda terrorista ha elegido para cometer sus atentados tres puntos geográficos "Madrid, Soria y Málaga" muy distanciados entre sí. A las acciones terroristas de los últimos cuatro días se suman las realizadas en las últimas tres semanas, período en el que ETA ha colocado tres coches-bomba (sumando la furgoneta-bomba de Agreda, en Soria), una bomba lapa en la furgoneta de un empresario de Ordizia que no llegó a explotar y el asesinato el sábado en Málaga del concejal del PP José María Martín Carpena.

En este período han continuado las acciones de violencia callejera. Desde el final de la tregua en el mes de diciembre de 1999, ETA no había cometido tantos atentados en tan poco espacio de tiempo. ETA comenzó su campaña de verano el pasado 25 de junio haciendo explosionar a las 00.25 horas, un coche bomba en Getxo (Vizcaya) que no provocó víctimas mortales porque avisó quince minutos antes a la DYA y al diario 'Gara'. El objetivo que ETA perseguía era el de atemorizar a un «colectivo social con potencial económico», según el consejero vasco de Interior, Javier Balza.

Doce días después, el 7 de julio, ETA colocó una bomba lapa en los bajos de una furgoneta que conducía la hija del empresario de Hostelería en Ordicia Juan Bautista Rubio Beloki. Los artificieros de la Policía vasca pudieron comprobar que el detonador de la bomba se había activado, pero el explosivo no llegó a deflagar. Ese mismo día un artefacto explosionó en la delegación del diario 'El Correo' en Vitoria, causando sólo daños en la puerta del periódico que quedó destrozada. Posteriormente, el pasado miércoles, los etarras colocaron un coche-bomba en la calle de El Carmen de Madrid, que estalló a las seis y media de la mañana entre los edificios de El Corte Inglés y la FNAC. Resultaron heridas nueve personas, aunque sólo una con carácter grave.