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El debate «primarias sí, primarias no» vuelve a dividir las filas socialistas, después de que un grupo de intelectuales y cargos públicos del partido, en su mayoría antiguos colaboradores que apoyaron en las elecciones primarias de 1998 a José Borrell, hayan firmado un manifiesto en el que reclaman el sistema de primarias para designar al secretario general y primeros candidatos.

Esta no es, sin embargo, la postura que defiende la comisión política y el sector «oficialista», quienes descartan este método para la elección del aspirante a la Secretaría General y optan por aplazar este debate al Congreso Federal del mes de julio. De hecho la diputada Amparo Rubiales aseguró hoy que con las primarias, el PSOE corre el riesgo de volver a equivocarse, como sucedió con la bicefalia de Borrell y Almunia. El sistema de elecciones primarias está abriendo la brecha política entre los dirigentes del PSOE. Si el presidente de la gestora socialista, Manuel Chaves, planteó este sistema como una de las «posibilidades» para elegir al cartel electoral del 2004 "y no para el secretario general que el Congreso elegirá en julio", los llamados 'borrellistas' van más allá y abogan por extender este sistema a la elección del secretario general del partido.

La experiencia negativa vivida por los socialistas en 1998, cuando unas elecciones primarias enfrentaron a José Borrell y a Joaquín Almunia por la candidatura a La Moncloa, es una de los principales inconvenientes en los que se apoyan los «oficialistas» para enterrar por el momento este método, En esta línea, se pronunció ayer Amparo Rubiales, vicepresidenta segunda de la Mesa del Congreso, quien aseguró que la elección del nuevo secretario general por el sistema de primarias «no es garantía de nada», por lo que calificó de «solemne estupidez iniciativas como la recogida de firmas a favor de esta fórmula».