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El presidente de la comisión política, Manuel Chaves, aseguró ayer que habrá dos o más aspirantes a la secretaría general del partido en el congreso federal que se celebra los días 21, 22 y 23 de julio, y no descartó la posibilidad de que uno de los candidatos sea una mujer.

Asimismo, destacó que la fórmula para elegir al cartel electoral del 2004 será uno de los asuntos sobre el que tendrán que pronunciarse los 1.000 delegados al congreso, siendo el sistema de primarias «sólo una de las posibilidades». Señaló que el congreso federal de julio tiene como objetivo elegir al nuevo secretario general y la ejecutiva, mientras que el cartel electoral será designado por el comité federal cuando se convoquen las elecciones generales.

PLAZO
El líder provisional del PSOE aseguró que no se va a establecer un plazo formal para la presentación de candidaturas a la secretaría general, ya que pueden producirse durante la misma celebración del congreso federal. A su juicio, los aspirantes esperarán hasta después de Semana Santa para postularse. «Bono parece que ya ha mostrado su disponibilidad y en las próximas semanas van a aparecer uno o dos candidatos más», subrayó.

Por el momento, han sonado nombres como el de Rosa Díez, -europarlamentaria vasca y número uno a la lista de las elecciones europeas por el PSOE en junio de 1999- y el de José Luis Rodríguez Zapatero, secretario provincial de León, que encabeza una 'nueva vía' compuesta por diputados jóvenes con experiencia, pero desconocidos.

Incluso se hablaba del propio presidente de la gestora entre los posibles candidatos a liderar el partido. A este respecto, Chaves rechazó esta posibilidad, porque sería una «deslealtad» ocupar este puesto tras asumir la Presidencia de la comisión política.

Subrayó, además, que la comisión política «dará todas las facilidades a quienes quieran competir para hacer su campaña electoral» interna, con el fin de que puedan explicar al conjunto del partido sus propuestas.

Según Chaves, la elección en votaciones separadas del secretario general y de la Ejecutiva pretende, por un lado, que el nuevo líder socialista «salga fortalecido, con mayor legitimidad y mayor margen de maniobra para formar su propio equipo de dirección» y, por otro, evitar que la ejecutiva «no sea resultado del reparto de cuotas territoriales o cuotas de tendencias, sino un equipo homogéneo que responda a los criterios del secretario general».