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El secretario socialista de Relaciones con los Medios del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, hizo un llamamiento a «la mesura, la calma, el sosiego, el sentido común y la sensatez» a todos los demócratas frente a ETA, y especialmente se dirigió al Gobierno y al PNV. En ese sentido, recordó a José María Aznar que los ciudadanos esperan que él que aporte soluciones y no que sea «fuente de conflictos». Rubalcaba indicó que el PSOE no oculsta sus discrepancias «profundas» con el PNV por su giro soberanista, y tampoco las diferencias que mantiene con el Gobierno en torno al proceso de paz, pero insistió en que no es momento de abundar en el «foso» que se está cavando entre nacionalistas y no nacionalistas.

A su juicio, Aznar «no estuvo afortunado» al llegar a comparar la actitud del PNV con la cesión de las democracias a favor de Hitler, pero tampoco lo estuvo el portavoz nacionalista Iñaki Anasagasti, que equiparó al presidente del Gobierno con el presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic.

A las palabras de Anasagasti se refirió también el secretario general del PP vasco, Carmelo Barrio, quien consideró «absolutamente injusto e impresentable» que el portavoz del PNV comparase el lunes al Gobierno central con ETA. Por su parte, el portavoz de IU en el Congreso, Felipe Alcaraz, criticó el cruce de acusaciones entre Aznar y el PNV, asegurando que su formación no se alinea «ni con la independencia que pide el PNV ni con ese lenguaje estatalista y que tiene resonancias policiales de Aznar». A juicio de Alcaraz, el presidente del Gobierno «no hace bien distanciándose tan drásticamente del PNV», ya que debería ir hacia «un encuentro». Añadió que «si se sigue ampliando la distancia entre Aznar y el PNV se entrará en una situación poco esperanzadora para el resto de los españoles».