Oreja bromea con un agricultor poco antes de participar en un acto político con cargos electos y simpatizantes del PP de Álava.

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El ministro de Interior, Jaime Mayor Oreja, aseguró ayer que el comunicado de ETA en el que anunciaba su tregua indefinida no fue el comienzo del proceso de paz, sino la expresión de la «ofensiva nacionalista más importante desde que naciera Sabino Arana». El titular de Interior aclaró que «nadie moverá» las posiciones del PP en favor de la paz. «Los que estamos en las instituciones tenemos la experiencia como para saber que vamos en la buena dirección. No vamos a modificar las posiciones porque están asentadas en la tolerancia, sentido común y lógica».

Dijo que la democracia «pone a cada uno en su sitio», a los que «quieren separar en la radicalidad», como al Gobierno Vasco, del que señaló que es un «titiritero del frente nacionalista». Mayor Oreja avanzó una nueva clasificación entre los vascos, después de que el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, lo hiciese «entre los que siguen a Madrid y los que no», y de que también lo apuntase el secretario general del PSE, Nicolás Redondo «entre los que sirven a ETA y los que no lo hacen».

Para el ministro, el panorama de futuro pasa por los vascos que quieren «compartir» y los que quieren «imponer». «Ésa es la línea de separación del futuro». Dentro de los vascos que no pretenden «compartir», englobó a los nacionalistas que forman el acuerdo de Estella, a quienes atribuyó «múltiples errores» que centró en dos fechas determinadas, «al no aceptar el dignificado de Ermua» y al no comprender tampoco el «fracaso» de Lizarra en las urnas.