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El ministro de Industria, Josep Piqué, reconoció ayer que el IPC de 1999 «difícilmente se va acercar a la previsión del Gobierno, que hace poco era del 1'8%», y por eso adelantó que el Ejecutivo aprobará esta misma semana medidas para intentar frenar un incremento excesivo de los precios.

Será este el segundo intento del Gobierno en lo que va de año para contener la inflación, ya que el pasado mes de abril, ante el repunte de los precios de marzo, el Consejo de Ministros aprobó un paquete de medidas para limitar los precios de la electricidad, el gas natural, el teléfono, la vivienda y las autopistas, entre otros.

Para intentar poner coto a la inflación, ha explicado Piqué, el nuevo paquete corresponderá a «medidas de mayor liberalización, procurando que los precios en aquellos mercados y sectores más sensibles, como puedan ser los energéticos, no evolucionen excesivamente».

El titular de Industria ha explicado que hasta que no se conozca hoy el IPC de agosto, el Gobierno no va a fijar una nueva previsión de inflación para este año, aunque ya ha adelantado que «la cifra se acercará más bien al dos por ciento».

«Nuestro interés está en que la inflación no se aleje significativamente de lo que el propio Banco Central Europeo ha definido como inflación correcta, que es del 2 por ciento», ha asegurado.

Piqué recalcó que el principal factor de incremento de la inflación debe buscarse en el aumento del precio del crudo, que casi se ha triplicado en los últimos ocho meses, y se mostró convencido de que «si el precio del petróleo se hubiera mantenido a los niveles de finales de 1998, la inflación estaría aún por debajo de la previsión del Gobierno».