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La crisis provocada por la detección en Bélgica de diversos productos contaminados con dioxina ha tenido una fuerte repercusión en el mercado de las aves españolas. Y es que su consumo ha caído entre un 30 y un 40 por ciento en la última semana, lo que se traduce en que de los 20 millones de kilos que España produce y consume en una semana, entre 6 y 8 pueden considerarse ya como sobrante. Para paliar las consecuencias de esta situación, la Asociación Nacional de Productores de Pollos (ANPP) ha solicitado al Ministerio de Agricultura ayuda financiera para poder congelar lo invendido, así como para fomentar la exportación de las aves españolas.

El presidente de la ANPP, Federico Félix, aseguró que el sector no quiere «subvenciones» sino «soluciones», debido a las fuertes pérdidas que está padeciendo por la crisis de la dioxina.

Las autoridades españolas han inmovilizado hasta el momento casi tres millones de kilos/litros y 327.225 envases de productos alimenticios procedentes de Bélgica, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad.

En el sector cárnico, España ha paralizado 298.213'4 kilos de carne de ave, 498.271 kilos y 50.775 envases de carne de cerdo, y 13.508'5 kilos y 14 envases de vacuno. También se han paralizado 1'675 millones de kilos y 18.470 envases de embutidos.

Asimismo han sido paralizados productos en los que interviene el huevo, el chocolate, productos de la pesca, patatas y licores, entre otros.
Por otra parte, el Grupo Parlamentario de IU anunció ayer la petición de comparecencia en el Congreso del ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Jesús Posada, para que informe de las medidas adoptadas por el Gobierno para un «consumo seguro» después de la polémica sobre los pollos belgas.

El comercio de pollos ha quedado de nuevo paralizado en Bélgica y el sacrificio de estos animales ha sido prohibido.