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El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, calificó ayer de «flagrante inmoralidad» el comportamiento del Gobierno por sus críticas a los nacionalistas al tiempo que mantenía contactos con ETA. «Ni acepto ni olvido» ese comportamiento, dijo Arzalluz, además de expresar su sorpresa no porque el gobierno «por fin, haya iniciado los contactos», sino porque «hayan tardado tanto en anunciarlo» mientras que «nos han linchado continuada y duramente durante todos estos meses».

Recordó las críticas recibidas por los nacionalistas, primero «porque habíamos establecido contactos con HB» y aludió a que se les ha acusado de «llevar asesinos en las listas. Nos han llamado asesinos quienes ya habían hablado con ETA», subrayó. «Aquí "recalcó" hay una flagrante inmoralidad de los comportamientos que yo ni acepto ni olvido».

De «contradicción» también habló el presidente de EA, Carlos Garaikoetxea, quien, como Arzalluz, atribuyó esta actitud al Gobierno de Aznar por haber sido «tan crítico e injusto» con los pasos dados por PNV y EA con EH para dejar «expedito» el camino hacia la paz y ahora «juzgue oportuno entablar directamente conversaciones» con ETA. Asimismo, y tras animar a que estas conversaciones se produzcan, subrayó que «no se debe hacer oportunismo político con cosas tan serias».

El líder de EH, Arnaldo Otegi, por su parte, recordó que el PP comenzó la campaña electoral negando cualquier posibilidad de diálogo con ETA. Otegi se mostró convencido además de que el Gobierno «no está en una fase de demostración de voluntades», ya que si de verdad quisiera ésto «tiene ahí un paso que puede dar como es el de traer a los presos y presas a Euskal Herria».