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Los peritos del Banco de España reiteraron ayer durante el juicio contra el ex presidente de Banesto Mario Conde y diez de sus colaboradores que éste y el entonces vicepresidente de la entidad Arturo Romaní ganaron alrededor de 1.500 millones de pesetas con la denominadamada 'operación cementeras', que fueron a parar a sociedades de su propiedad.

Juan Carlos Monje y Juan Román declararon en la Audiencia Nacional que el pago de una comisión de 1.500 millones es una «burda coartada» inventada por Mario Conde y Arturo Romaní, los verdaderos beneficiarios de esa cantidad. La operación «cementeras» se produjo en 1990, cuando Banesto vendió su participación en las hormigoneras Prebetong Aragón y Hormifasa por 176 millones de pesetas a las sociedades Gay Cordon y Data Transmision y un mes después las compró por 1.400 millones.

Según han declarado en el juicio, Conde era el propietario de Gay Cordon con un 70% del capital a través de varias sociedades, mientras que Data Transmisión System estaba vinculada a Romaní. Por lo tanto, la operación, en la que se acusa de estafa a Conde y Romaní, supuso a Banesto, según las acusaciones, un perjuicio de 1.244 millones. Según Romaní, la operación generó un rendimiento superior a 1.500 millones, que se pagaron a un empresario panameño como una comisión.