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El Gobierno niega haber influido en las discusiones del Constitucional sobre la revisión de la sentencia contra la Mesa Nacional de HB y no se plantea «futuribles» hasta no conocer la decisión definitiva, según explicó Josep Piqué. De lo que sí tiene «absoluta constancia» el Ejecutivo es de presiones del mundo de ETA para impedir el regreso de sus militantes dispersos en el extranjero, y dará cuenta de ellas «en el momento oportuno». Josep Piqué señaló que el Gobierno no comenta resoluciones judiciales «y mucho menos aspectos procedimentales previos», como es el caso de las discusiones en el seno del Constitucional sobre el recurso contra la sentencia de la Mesa de Herri Batasuna.

Lo que sí desmintió fue que el Gobierno haya presionado al TC en este caso, como han asegurado portavoces nacionalistas vascos, a quienes pidió «coherencia». A su juicio, desde estos sectores se han hecho declaraciones «muy desafortunadas» que reflejan una actitud de estar de acuerdo con las decisiones judiciales que les son favorables y cuestionar el resto. Preguntado por las declaraciones del portavoz del PP en la Comisión Constitucional, Jorge Trías, tildando de «chapuza» la decisión del TC, Piqué indicó que los diputados tienen libertad de expresión y que el Gobierno «ni secunda ni deja de secundar» tales calificativos.

A su juicio, el Tribunal Constitucional debería decidir «lo antes posible», aunque cumpliendo todos los trámites procedimentales necesarios. También ve normal que el presidente del Gobierno demande contundencia, coherencia o firmeza a los tribunales, aunque ello no deba interpretarse como un comentario a una resolución concreta.