El portavoz de Euskal Herritarrok, Arnaldo Otegi, durante la celebración del debate en el Parlamento vasco, en el que Ibarretxe informó del pacto de Gobierno.

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OTR/PRESS - VITORIA Ibarretxe, que presentó el acuerdo como un paso «fundamental» para la pacificación, centró sus críticas en el PP, tachando su discurso de «guión de la intolerancia» y respondiendo de esta forma al presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz, quien echó en falta su «autoridad» y dudó de que el lehendakari quisiera poner la paz por encima de la gobernabilidad.

Ante las críticas de PP y PSE, que destacaron que con el pacto se había consolidado el frentismo y se trataba de pagar un «precio político» por la paz, Ibarretxe vio necesario que PNV, EA y EH demuestren que pueden trabajar para todos los vascos para «tapar tanto insulto como estamos recibiendo».

El lehendakari insistió en que el pacto es «un paso fundamental en el proceso de paz para poder vivir en un país sin violencia», defendiendo a capa y espada una opción «igual de legítima que el resto» y que posibilita entrar «en una época de ilusión y de paz». Subrayó que su «satisfacción» no es porque vaya a dotar de estabilidad política a su Gobierno, sino porque «ofrece a la sociedad vasca garantías sólidas para conseguir la paz».

Ibarretxe recalcó que el acuerdo es «para todos los vascos» y que «no prejuzga futuras alianzas». Frente a las críticas, el lehendakari subrayó que «no se puede engañar a la sociedad vasca». Por ello, pidió a estas formaciones que no pierdan la perspectiva, destacando que «gracias» a la «generosidad» y apuesta de los nacionalistas se ha logrado la tregua de ETA. Pero estos argumentos no sirvieron a las formaciones no nacionalistas. Iturgaiz acusó al lehendakari de haberse quedado sin margen de maniobra al haber aceptado gobernar con un partido que se sitúa fuera de los «extramuros de la democracia» y que aún no ha condenado la violencia, dudando de las palabras del lehendakari respecto a su objetivo de poner la paz por en encima de la gobernabilidad. «El acuerdo sigue poniendo precio a la paz», indicó, para agregar que, a su juicio, Ibarretxe ha sido puesto «a la cabeza de la manifestación de los objetivos que quiere ETA».

Tanto Iturgaiz como el secretario general del PSE, Nicolás Redondo Terreros, lamentaron durante sus intervenciones el olvido del Estatuto de Gernika en el acuerdo, que para el dirigente socialista debe ser el «denominador común» del trabajo entre los partidos.