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El Gobierno considera que el acuerdo de Gobierno que ayer suscribieron el Ejecutivo de Juan José Ibarretxe con EH sin una condena previa y expresa de la violencia es «un gravísimo error» que confirma que el alto el fuego indefinido anunciado por ETA el pasado 16 de septiembre «tenía un precio» que ha sido ahora pagado por los nacionalistas.

Opiniones similares fueron mantenidas tanto por el PP como por el PSOE, que criticaron la ausencia de una condena de la violencia. Así, los populares opinaron que el jefe del Ejecutivo vasco ha asumido como suyo lo ordenado por ETA: un Gobierno para «arrinconar a los españoles».

En la misma línea, los socialistas tacharon el pacto de «catástrofe» y advirtieron que se abre un camino «muy peligroso» hacia la fractura social.
El ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, indicó que el pacto es «el precio que paga el nacionalismo vasco a ETA por el cese indefinido». El titular de la cartera de Interior vaticinó además que este pacto, que a su juicio confirma «de la A a la Z» la estrategia marcada por la banda terrorista para el País Vasco en su primer comunicado, será un «fracaso».

Los socialistas coincidieron con el PP en que PNV y EA están obedeciendo a la estrategia marcada por ETA. El secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, lamentó que el bipartito vasco esté ahora unido a una fuerza política que «no es leal con las reglas del juego democráticas». El pacto demuestra que todos los partidos nacionalistas obedecen las líneas marcadas por ETA, señaló Almunia, quien lamentó «enormemente» que el lehendakari no haya mantenido su compromiso de no firmar un pacto de legislatura con HB hasta que esta formación no condenase la violencia.