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Las relaciones laborales y personales del candidato del PSOE a la Presidencia del Gobierno, Josep Borrell, con los ex altos cargos de Hacienda en Catalunya Ernesto de Aguiar y José María Huguet, investigados por fraude fiscal y un posible cohecho, provocaron su caída política y su renuncia a la candidatura.

Ernesto de Aguiar, ex delegado especial de Hacienda en Catalunya, y José María Huguet, ex jefe de la Inspección, están siendo investigados por un presunto caso de cohecho al no hacer uso de sus funciones inspectoras con determinadas empresas relacionadas con Torras entre 1987 y 1992, a cambio de ingresos en cuentas suizas.

Se da la circunstancia de que Huguet y Aguiar fueron considerados en aquella época como dos de los máximos exponentes de la «mano implacable» de Hacienda durante la etapa de Borrell como secretario de Estado de la administración tributaria. Pero, además, existió una relación personal a la que ayer aludió Borrell y que limitó a que él y su ex mujer compraron, al igual que sus ex colaboradores, un apartamento y a un fondo de inversión.

Tras conocerse las presuntas actividades irregulares de Huguet y Aguiar, en plena campaña de la declaración de Renta, no han faltado voces del mundo empresarial y fiscal que han recordado «los terribles peinados» realizados sobre empresas catalanas por orden de quienes hoy viven bajo la sospecha. Pese a que, «a toro pasado», las sospechas sobre las actividades de ambos parecían estar al cabo de la calle, ha sido una investigación paralela "el caso Torras-Kio" la que les ha colocado en el punto de mira de la Audiencia Nacional.

La juez que instruye el «caso Torras-Kio», solicitó el miércoles que los dos imputados presenten documentación acreditativa sobre sus cuentas suizas e inversiones para demostrar que los cerca de 500 millones que ingresaron en cuentas suizas correspondían a ganancias en Bolsa. La juez establecía un plazo improrrogable de tres días para que ambos presenten los documentos «que acrediten los rendimientos de sus supuestas inversiones en Bolsa que "según propia confesión" ascendieron a más de 500 millones» y que no declararon al Fisco.