Cristina Almeida recogió firmas ayer en Barajas para protestar contra el caos aéreo.

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El presidente de Iberia, Xabier de Irala, anunció ayer que la compañía cancelará entre junio y diciembre, un total de 16.368 vuelos, con el objetivo de paliar los problemas aéreos, mientras que el director general de AENA, Francisco Cal, se comprometió a aumentar el número de controladores en 741 hasta el año 2003. Estas medidas, forman parte del paquete elaborado en la reunión que mantuvo el titular de Fomento, Rafael Arias Salgado, con los máximos representantes de AENA, Iberia y Spanair.

El secretario de Estado de Infraestructuras, Albert Vilalta, pidió disculpas a los usuarios y al sector empresarial e insistió en lanzar «un mensaje de confianza» a la sociedad española. «El Gobierno y el ministerio siente absoluta comprensión ante el enfado de los usuarios». Anunció, asimismo, que el Gobierno pondrá en marcha un plan para reducir los problemas de los aeropuertos, entre cuyas medidas están: mejorar las herramientas para reducir los retrasos, incrementar la antención a los usuarios y establecer los mecanismos necesarios para mejorar el conocimiento y el seguimiento de la situación.

La cancelación de 16.368 vuelos, que suponen una media de 77 diarios y la liberalización de 16.000 slots por parte de Iberia, implica una reducción de la oferta en un 6'4 por ciento y de 20.000 horas de vuelo. Las cancelaciones afectan a las rutas con mayores frecuencias, que se harán públicas próximamente. La compañía está reorganizando los vuelos, por lo que de momento, eludió pronunciarse sobre si afectará a los que operan con Baleares.