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El presidente del Gobierno, José María Aznar, y el lehendakari, Juan José Ibarretxe, compartieron ayer sus esperanzas de paz y la necesidad de continuar con el diálogo entre los partidos políticos, pero discreparon sobre la validez de Ajuria Enea, como foro para encontrar un final dialogado de la violencia.

El lehendakari abogó ante Aznar por «nuevos instrumentos de diálogo» y una «nueva orientación consensuada, flexible y dinámica» en materia penitenciaria para buscar el cese definitivo de la violencia.

Consideró que existe ya una nueva fase hacia la paz que requiere nuevos instrumentos e iniciativas «sin dejar a nadie fuera» y, por ello, calificó como insuficientes los foros de Ajuria Enea y Estella, porque «tenemos que estar todos, sin que condiciones retrasen un diálogo 'sine die'».

Tras la reunión de dos horas y cuarto entre ambos, el ministro Angel Acebes, señaló que Aznar advirtió que sería «un grave error» prescindir «de lo que significa el espíritu» del Pacto de Ajuria Enea por «ser contradictorio» con otro nuevo foro de diálogo y reclamó un cese definitivo de la violencia y una condena de ella por parte de algunos partidos para tomar nuevas iniciativas.

Acebes condicionó la «flexibilización» de la política penitenciaria al «cese definitivo de la violencia sin condiciones y recordó al Gobierno vasco «la necesidad del respeto al marco institucional y a las reglas de juego del Estado de Derecho» como elemento «imprescindible» e «indispensable» en el camino hacia la paz.

Por su parte, el lehendakari precisó que «estamos viviendo algo que pocos sospechaban hace un año» y subrayó que «cada día está la paz más cerca» y que tanto la sociedad como el lehendakari «queremos vivir en paz», por lo que reclamó «un gran esfuerzo» para erradicar la violencia y lograr la «tregua total», de lo que se mostró «totalmente esperanzado».