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La Comisión Europea prevé que la economía española continuará creciendo «vigorosamente» en 1999 y el paro seguirá bajando, a pesar de la «ligera desaceleración» que podría producirse respecto a años anteriores.

El Ejecutivo comunitario recomienda al Gobierno español, en las orientaciones de política económica presentadas ayer, que siga controlando el gasto público, liberalice sectores como el de la distribución y profundice en las reformas del mercado laboral.

Paralelamente, la Comisión adoptó ayer también sus previsiones de primavera para 1999, en las que rebaja tres décimas respecto a sus cálculos de octubre (del 3'6 al 3'3%) el crecimiento esperado del PIB para España este año, debido a la influencia «del contexto internacional».

Bruselas redujo en la misma proporción su previsión de crecimiento medio para el conjunto de la UE, del 2'4 al 2'1%. En España, la «morosidad» del clima internacional ha afectado principalmente al comercio exterior y, según la CE, «provocará una nueva desaceleración de las exportaciones españolas» en 1999.

El Ejecutivo comunitario opina que el consumo privado «seguirá sin ceder, gracias esencialmente a la reforma del impuesto sobre la renta» aprobado por el Gobierno, que ha puesto más ingresos a disposición de las familias.

En cuanto a política presupuestaria, las autoridades españolas deberán asegurarse de que se alcanza el objetivo de déficit para 1999 (1'6% del PIB), «si es preciso mediante una nueva compresión de los gastos primarios corrientes», y tendrían que confirmar la meta del 1% para el 2000.

La Comisión insiste en reforzar el control del gasto público, en especial mediante el respeto «pleno» del pacto de estabilidad interna que liga a las comunidades autónomas y el Estado central.