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El ex coronel Juan Alberto Perote, jefe del Departamento de Acción Operativa del que dependía el llamado 'gabinete de escuchas' del CESID, negó ayer que dicho organismo actuara sobre un objetivo premeditado de grabación de una llamada efectuada por un teléfono móvil porque con los medios de los que disponía era imposible.

Ante los magistrados de la Audiencia Provincial de Madrid, donde se sigue el juicio, el acusado negó haber ordenado la interceptación de comunicaciones a periodistas, empresarios o políticos, y su conservación, así como su posterior conservación, y subrayó que, en cualquier caso, la decisión de grabar o no determinadas conversaciones captadas de forma «aleatoria» correspondía al entonces responsable del gabinete, José Manuel Navarro Benavente, ya fallecido.

Perote subrayó que «nunca se actuó desde el 'gabinete de escuchas' sobre un objetivo concreto de grabación». Indicó que esa orden ni la dio, porque era una orden «hipotética» ni tampoco la recibió. «Ni creo que la diera nadie del Departamento», insistió.

Señaló que el equipo del que disponía el 'gabinete de escuchas' para realizar el barrido radioeléctrico se fue ampliando a lo largo de los años.