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Con la mayor operación policial contra ETA desde el inicio de la tregua se hicieron patentes de nuevo las diferencias entre nacionalistas vascos y no nacionalistas. Pero la pregunta clave sobre si ETA romperá la tregua que ha declarado de forma unilateral, desde el mundo nacionalista se asegura que nada va a cambiar respecto a este punto.

El portavoz del PNV, Joseba Egibar, afirmó en Barcelona que las detenciones suponen un «test político de primer nivel» de cara al proceso de paz en Euskadi, a la vez que expresó su «plena convicción» de que ETA no volverá a matar. Consideró que estas detenciones pueden ser entendidas como una «provocación» por parte de ETA, aunque afirmó que «en absoluto creo que ETA vuelva a empuñar las armas».

Desde HB, los dirigentes Arnaldo Otegi y Joseba Permach afirmaron que las detenciones demuestran «la apuesta de guerra de los estados español y francés contra Euskal Herria como única alternativa» y «respuesta al proceso abierto tras el acuerdo de Lizarra».

Entretanto, PSOE y PP dieron sus parabienes a la actuación policial y destacaron su creencia de que la operación no pone en peligro el alto el fuego. El secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, subrayó que las detenciones, lejos de poner en peligro la pacificación «nos hacen estar más cerca de la paz».

Desde las filas 'populares', el presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz, calificó las detenciones de «gran noticia para los demócratas». «Nos dan más tranquilidad porque se han detenido a unos asesinos», dijo para subrayar a continuación que «bajo el nombre de estas personas hay escritas páginas negras de la historia de nuestro país».

En medio de unos y otros quedó IU. Julio Anguita indicó que es «legalmente irreprochable que las Fuerzas de Seguridad tienen que actuar contra aquellos que están fuera de la ley», pero cuestionó la conveniencia de operaciones de este tipo «porque el proceso de paz tiene ya demasiados enemigos como para añadirle uno más».