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El ministro de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, advirtió ayer de que el Gobierno endurecerá los controles de la Verja gibraltareña «todo lo que sea necesario» y no reconocerá ningún acuerdo entre los pescadores gaditanos y el primer ministro de Gibraltar, aunque tampoco se opondrá si les permite faenar.

Matutes dijo que el Gobierno estará encantado si la negociación que ayer tarde reanudaron los pescadores gaditanos con la autoridades gibraltareñas en el aeropuerto del Peñón fructifican en algún acuerdo que les permita faenar libremente en la zona, pero insistió en que este tipo de compromisos con una «autoridad local» no pueden ser reconocidos oficialmente por el Ejecutivo español.

«Por mí, esos acuerdos, esas licencias o lo que sea los pueden colgar del palo mayor, los pueden llevar entre sus documentos o los pueden poner en un marco en su cuarto de baño», recalcó el ministro, quien no se opuso la utilización por los pescadores de estos compromisos, pero recordó que las autoridades de Gibraltar carecen de facultades para legislar sobre la soberanía.