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El nuevo secretario general del Partido Popular, Javier Arenas, apostó ayer, en su primera intervención como número dos del partido, porque el comportamiento futuro del PP, tanto en el exterior como en el interior, esté presidido por la búsqueda de acuerdos y compromisos, la «prevalencia» del diálogo sobre la «imposición» y por el esfuerzo de incorporar propuestas y sensibilidades distintas.

También se dirigió a los mayores, a los que advirtió que para el PP «nunca van a estar en el mercadeo electoral», y a los que animó a vivir su futuro con «tranquilidad y libertad» y prometió que «nunca, nunca, nunca, les vamos a pedir un voto a cambio de una pensión».

Arenas se comprometió, en lo que definió como «nueva etapa» que sin embargo sigue «la misma ruta», a contar «absolutamente con todos» en su tarea, al tiempo que advirtió que el PP nunca puede dejarse «adormecer por el triunfalismo y la autocomplacencia» porque «queda mucho por hacer».

Admitió que cuando Aznar le ofreció el cargo, supo que aceptarlo era asumir una «inmensa responsabilidad», por lo que pidió ayuda a todos para desempeñar su trabajo «desde la modestia y la sinceridad», destacando el «formidable equipo al servicio de unas ideas y de un proyecto de futuro en común» que constituye el PP.