Ibarretxe, junto a Patxi Ormazabal, único consejero vasco que no había tomado posesión de su cargo.

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El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, planteó hoy la hipótesis de que los servicios secretos estén implicados en el rebrote de violencia callejera que se vive en Euskadi o en el envío de cuarenta cartas exigiendo el impuesto revolucionario a través de amenazas a empresarios del País Vasco y Navarra. Aunque no descartó que ETA esté detrás de estas acciones, sí eximió de responsabilidad a HB. «Estoy convencido de que HB no puede con estos ni los controla», señaló, para a renglón seguido subrayar que si en estos actos está implicada ETA, ésta puede pararlos y no debe tolerarlos.

La posible implicación de los servicios secretos fue inmediatamente contestada por el portavoz del Gobierno, Josep Piqué, que las calificó de «absolutamente desorbitadas» y que no merecían «ningún comentario».

Arzalluz no dudó de la sinceridad de HB en el proceso «porque ellos son los primeros interesados». Manifestó su deseo de entrevistarse con el portavoz de HB, Arnaldo Otegi, e indicó que si el incipiente proceso de paz falla, el PNV no se vería perjudicado y la única consecuencia sería, en todo caso, su propia dimisión. «Pero Herri Batasuna "dijo" se habrá hundido ante su propia militancia».

Si Arzalluz fue duro con la banda terrorista, aunque siempre sin atribuir con seguridad los últimos actos de violencia a ETA, no menos lo fue con las «manos ocultas». Arzalluz no descartó que por estos últimos cauces se esté alentando la violencia. Arzalluz no dudó en arremeter contra el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, quien el lunes acusó a los peneuvistas de asumir los postulados del autodenominado Movimiento de Liberación Nacional Vasco (MLNV). Arzalluz consideró que Mayor Oreja «está perdiendo los papeles y su posición en el Gobierno».

El Gobierno vasco exige a EH que se desmarque de forma clara de la violencia
El Gobierno vasco compuesto por PNV y EA rechazó ayer acceder a un acuerdo parlamentario estable con EH si éste no viene precedido de un rechazo «expreso y visible» por parte de la formación abertzale a cualquier expresión violenta. Esta cuestión será una de las claves sobre las que girará el éxito de las conversaciones que en próximos días tienen previsto mantener las comisiones negociadoras de PNV y EA con EH. En rueda de prensa, el portavoz del Ejecutivo autonómico, Josu Jon Imaz, aseguró que para disponer de una estabilidad parlamentaria el gabinete de Ibarretxe se negará a disponer de los votos de «quienes no apuesten firme y decididamente por el diálogo y la negociación y sigan justificando la violencia».