Joan Sastre compró el Seat 850 Sport en 2005 y lo estuvo restaurando durante casi tres años. | Pellicer

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Joan Sastre, que lleva desde los dieciocho años inmerso en el mundillo del motor, reconoce que desde muy joven le apasionó la mecánica y sobre todo poder arreglar con sus propias manos algo que no estaba en buenas condiciones. A lo largo de su vida, aún es muy joven, ha ido emprendiendo diversos retos relacionados con el mundo del motor, primero, como casi todos lo que sienten pasión por los clásicos, empezó con las motos para luego, al sacarse el carnet de conducir, pasarse a los coches.

Este celador de profesión, pero un restaurador en potencia, ha ido atesorando a lo largo de los años diversos coches clásicos que con sus propias manos, y con la ayuda de un amigo mecánico, ha ido adquiriendo y restaurando hasta dejarlo en perfecto estado. En la actualidad tiene un Seat 850 Sport de 1970 que compró en 2005 y que estuvo durante tres años, hasta 2008, restaurando y dejándolo en condiciones para poder disfrutar de él.

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Nos comentaba que el coche lo compró en Palma y que después de ver el coche en el taller de un amigo suyo decidió que era el vehículo que quería tener en un futuro. Por eso empezó la búsqueda y aparecieron dos posibles objetivos, uno de color rojo y este de color blanco, aunque después de una primera inspección se dio cuenta de que el rojo estaba en muy malas condiciones y le iba a llevar mucho trabajo dejarlo perfecto, de ahí que aconsejado por su amigo mecánico decidieron que lo mejor era comprar este de color blanco, que sólo había pasado por dos manos.

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Aunque no es que estuviera perfecto, tenía algo de óxido en los bajos, hubo que repasar el motor, embrague, limpiar el radiador y algunas cosillas más hasta dejarlo tal como está. Eso le llevó casi tres años, pero al final valió la pena. Aunque reconoce que su primera opción para adquirir un clásico era un Renault 5 Copa Turbo, pero aunque estuvo buscando durante bastante tiempo no encontró ninguno y de ahí que pasara al plan B, que fue este Seat 850, un coche del que se había encaprichado en el taller de su amigo ya que tenía, y tiene, uno para restaurar.

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Reconoce que esto de la restauración le encanta y por eso ha tenido diversos modelos que ha ido arreglado a lo largo de los años. Afortunadamente, sus visitas al taller de su amigo le sirvieron para ir adquiriendo nociones de mecánica y ahora se atreve casi con todo.

Pequeño pero con muchas posibilidades

Por eso a lo largo de los años ha tenido un Jaguar XJ 400, un Alfa Romeo Giulietta‎que ha ido poco a poco poniendo a punto, aunque llegó un momento que no tenía espacio en el garaje y había que dedicar muchas horas a tenerlos en condiciones y poco a poco se fue desprendiendo de ellos hasta quedarse sólo con el Seat 850, al que le saca mucho provecho pues lo usa con frecuencia, incluso va al trabajo con él.