El diseño de este modelo ha sufrido pequeños cambios que lo han modernizado un poco, empezando por los faros delanteros con iluminación LED. | Miquel Àngel Llabrés

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El nuevo CRV 2015 no supone un cambio de generación, ya que no se trata de un vehículo renovado en su totalidad, pero sí que ha recibido cambios importantes que afectan a la estética delantera y, sobre todo, al motor, ya que ha sustituido el 2.2 diésel de 150 CV por este 1.6 de 160, que veremos que ha supuesto una mejora muy importante. Cabe destacar que este modelo, que se puso a la venta en su primera versión el año 1995, ha ido cambiando su imagen para convertirse en uno de los referentes de su segmento.

Estéticamente no ha recibido cambios importantes, aunque las pequeñas mejoras han redundado sobre la deportividad, con una nueva parrilla delantera y parachoques, que han crecido en tamaño, pero que a la vez están más armonizadas en el conjunto.

Los faros delanteros son otro de los elementos que se han cambiado, ya que los nuevos incorporan las luces diurnas tipo LED y le confieren un poco más de modernidad. La parte posterior del vehículo tampoco ha recibido modificaciones excesivas en lo que respecta a los faros y parachoques, aunque sí pequeños detalles que lo hacen un poco más moderno y atractivo.

MOTOR
Quizá la mayor y mejor incorporación al nuevo modelo es el motor diésel 1.6, que es una evolución del que se introdujo en 2013 con 120 caballos.

Se trata de un propulsor equipado con dos turbocompresores, uno pequeño de geometría variable que trabaja a alta presión para ganar velocidad más rápidamente a bajas revoluciones, y otro de baja presión que se controla mediante una válvula de descarga convencional. En regímenes intermedios ambos funcionan de forma simultánea. Su ligero peso (30 kilos menos que el 2.2) también contribuye a que el consumo medio se fije en 4,9 litros y las emisiones de CO2 pasen de 149 a 129 gramos por kilómetro.

Las prestaciones de este motor son realmente buenas en cualquier circunstancia, ya que tanto en la aceleración como en la recuperación el todocamino se muestra muy efectivo, hasta el punto de que a veces nos parece que estamos a bordo de una berlina y no de un chasis todoterreno.

Del buen comportamiento del vehículo son responsables los nuevos ajustes en las suspensiones, ya que se han ensanchado las vías delantera y trasera y la dirección es un 8 % más directa. Con ello se pretende mejorar la estabilidad y conseguir un tacto más preciso al volante. También se aprecia una mejora en el confort acústico, con menos ruido y vibraciones percibidas en el habitáculo.

INTERIOR
El interior del vehículo no ha recibido grandes cambios, ya que globalmente es muy parecido al de la anterior versión, aunque sí que se ha aumentado el equipamiento, sobre todo el que tiene que ver con la seguridad. Las calidades continúan siendo muy buenas, con una ausencia casi total de plásticos duros.

La versión que hemos probado contaba con asientos de cuero, que son de lo más cómodos y en los que ha sido muy fácil encontrar la posición ideal gracias a su amplitud y a su reglaje eléctrico.

El equipamiento de serie se ha visto mejorado con elementos tan interesantes como la ausencia de la llave para abrir o cerrar el coche y para ponerlo en marcha.