Este nuevo vehículo cuenta con una línea a medio camino entre la berlina y el monovolumen, aunque el nombre «Sportsvan» es toda una declaración de intenciones.

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Acaba de ponerse a la venta este nuevo modelo, el Volkswagen Golf Sportsvan, que es la tercera carrocería disponible del mítico vehículo alemán, después de la versión de 3 y 5 puertas y del Variant familiar.

Este nuevo modelo recuerda mucho al Gof Plus, que era una variante de la versión anterior, aunque ha sido mejorada mucho gracias a un mejor diseño y a un menor peso (unos 90 Kg menos).

La longitud de este nuevo modelo es 8 cm mayor que el Golf de cinco puertas y 22 menos que el Golf Variant. En cuanto a la altura, es unos 12 cm más alto que las otras dos versiones, lo cual les aporta una mayor comodidad a los pasajeros posteriores y más facilidad de acceso.

La estética de este vehículo da menos impresión de dinamismo y un poco más de seriedad, aunque mantiene un equilibrio bastante bueno en ese aspecto gracias a la sensación de modernidad.

La parte delantera cuenta con unos faros alargados, muy parecidos a los que lleva el modelo del cual deriva. En la parte posterior los faldones son bastante prominentes, en los que se encuentran los faros antiniebla de formas geométricas y con una parrilla de color negro donde se encuentra el sensor de aproximación.

La parte posterior cuenta con unos faros también alargados más bien discretos, a conjunto con los parachoques de dimensiones adecuadas.

MOTOR

El propulsor 1.6 TDI es una de las sorpresas agradables del Sportsvan. Es el mismo que lleva la berlina, aunque se le han añadido 5 CV más. Para este motor se ha elegido un cambio de cinco velocidades que, aunque podría parecer que no es lo suyo, al conducirlo hemos podido constatar que ha sido un gran acierto.

El motor es muy elástico y cuenta con unas prestaciones superiores a las que podría parecer de antemano. Incluso tarda poco en reaccionar en las recuperaciones, aunque es quizá aquí donde sería un poco mejorable.

El consumo merece un capítulo aparte, y aunque está previsto que antes de que acabe el año salga a la venta una variante ecológica TDI BlueMotion con 3,6 litros de consumo de media, los 3’9 que anuncia la marca para este modelo es una cifra que no está mal.

Se aproxima bastante a la que hemos conseguido nosotros en un recorrido mixto, aunque si se siguen las recomendaciones de cambio de marcha y no se dan acelerones innecesarios, el consumo se mantiene muy bajo.

INTERIOR

El interior del vehículo es otra de las grandes virtudes del modelo y, aunque no sea un monovolumen propiamente dicho, sí que cuenta con muchas de las ventajas de estos. Por ejemplo, la altura, la comodidad de las plazas posteriores, los múltiples rincones para esconder pequeños objetos, etc. La consola central y el marcador son prácticamente los mismos que los del Golf VII; la pantalla táctil ofrece una muy amplia información sobre la radio, la configuración del vehículo o detalles útiles al hacer un viaje como son datos sobre el consumo, velocidad media, etc.

Las calidades interiores están a la altura de los mejores productos de la marca, aunque la tela de las puertas podría ser sustituida por otro material más sufrido.

El equipamiento de esta versión es completo, aunque las gamas superiores disponen de más elementos de confort.