La séptima generación de uno de los coches más vendidos del mundo continúa sorprendiendo por su gran calidad

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El mito Golf sigue reforzádose generación tras generación (y ya son siete) y, a pesar de creer que el vehículo no es mejorable, la marca bávara continúa sorprendiendo a su público sacando un producto de gran calidad y muy equilibrado en prácticamente todos los apartados.

Quizá donde más sigue fallando es en el equipamiento de serie, que es incompleto. Eso sí, pagando un poco más, podemos tener un producto de lo mejor equipado del mercado.

Si hablamos de estética, los cambios respecto a la versión anterior no han sido muy notables, aunque sí que se han afilado sus líneas, con unos faros más alargados tanto en la parte delantera como en la trasera. Esto le confiere un estilo más moderno y más deportivo que tal vez le faltaba un poco a las dos generaciones anteriores, que tenían un estilo un poco más familiar.

PROPULSOR
El motor que hemos probado es el más «pequeño» de la marca, el cuatro cilindros de 1.200 cc turboalimentado y con inyección directa. Este propulsor sigue una moda que ya hace un tiempo que se ha implantado en la mayoría de marcas, la del downsizing, que es la de hacer motorizaciones de muy baja cilindrada con la ayuda de un turbocompresor, con lo que se consiguen unos vehículos que aprovechan más la energía y que tienen unos consumos más bien contenidos. Uno de los motores más galardonado de este tipo es el Ecoboost de Ford, que lleva sólo tres cilindros y 1.0 litros de cilindrada.

El 1.2 TSI, por su parte, tiene cuatro cilindros y una potencia de 105 CV, con el que consigue unas prestaciones suficientes para llevar una conducción alegre. La aceleración del vehículo es suficiente, aunque donde se queda un poco corto es en la recuperación en 4ª y en 5ª velocidades.
El consumo es bajo, sin ser un referente en los automóviles de su categoría.

COMPORTAMIENTO
El comportamiento del vehículo es muy bueno en cualquier circunstancia. En carretera se nota que llevas un vehículo muy seguro y estable, a pesar de haber perdido un poco de peso respecto al Golf VI; con este «adelgazamiento» se ha conseguido un vehículo más ágil en curva.

El interior del mítico coche alemán sigue siendo uno de los más equilibrados en todos los aspectos; si hablamos de calidad, todos los elementos se encuentran perfectamente ensamblados, con lo que se consigue un silencio prácticamente perfecto.

La consola central está presidida por un material semimetálico, que huye de los plásticos. El equipamiento de serie, como hemos dicho al principio del artículo, continúa siendo el talón de Aquiles del coche, ya que el modelo que llevamos no llevaba climatizador (sólo aire acondicionado clásico), sensores de aparcamiento, navegador, etc.

Si hablamos de comodidad interior, aquí sí que el Golf sigue siendo uno de los coches de su categoría, ya que los dos ocupantes de las plazas anteriores van sentados de forma cómoda, los de las plazas posteriores tienen un espacio que muchos de los vehículos de una categoría superior no tienen, y el maletero tiene unas dimensiones de las más voluminosas de su categoría.

Todo esto junto hace que el Golf sea uno de los coches más vendidos del mundo.