Daniel Comas, Pep Toni Comas, Pep Comas, Víctor Ramos JR, Víctor Ramos y Antonio Comas. | Imagen cedida a Ultima Hora

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Cansados y muy enfadados. Así se encuentran los mallorquines afectados por el desvío del vuelo de Ryanair que este sábado por la tarde cubría la ruta Santiago de Compostela-Palma y cuyo aterrizaje tuvo que abortar en el último momento debido a las fuertes rachas de viento. Parte del pasaje decidió bajarse del avión en Valencia, ante el miedo de un segundo intento de aproximación a Son Sant Joan, y los que continuaron el viaje se vieron sorprendidos por el regreso al destino. Desde entonces, algunos de ellos han buscado alternativas para volver a Mallorca y la solución está siendo toda una odisea para muchos de ellos: «Ryanair no nos ha ayudado, es horrible todo esto y vamos a tardar más de dos días en poder llegar a Palma», explicaba Antonio Comas desde el aeropuerto de Santiago, desde donde salió su nuevo vuelo con destino a Barcelona. «La compañía no nos ha reubicado ni buscado una alternativa de vuelta. Ya no les interesamos. Ahora tenemos que hacer una escala de cuatro horas y no llegaremos a Palma hasta entrada la noche», lamentaba.

Junto a él, otros pasajeros del mismo vuelo se han tenido que resignar con esta opción de vuelta, ya que viajar al día siguiente -el domingo- les suponía el desembolso de 300 euros más. «Los vuelos directos estaban llenos y es lo único que hemos encontrado. Ryanair nos trajo a un hotel la madrugada del sábado al domingo y ya nos supimos más». Otra afectada cuenta que ha tenido que desplazarse a Vigo para conseguir un vuelo para este martes, tres días después de la incidencia. Viajará también con escala, en este caso en Madrid. «Hay otras personas que se han quedado en hotel un día más para poderse organizar la vuelta alquilando un coche para irse hasta Madrid... Es un desastre», se queja.

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Nekane Otero cuenta que si les hubieran dicho desde el primer momento que volvían a Santiago, se hubieran bajado del avión en Valencia como hicieron otras pasajeros. Volver a Santiago ha sido un infierno para ellos, porque las opciones de viaje se reducen y el precio es más elevado. En el hotel al que les desplazó Ryanair para pasar una noche les han comentado que en situaciones similares las compañías asumen los gastos necesarios, también de comida, hasta que se les da una opción de vuelta. «A nosotros no nos han dado ni cena, ni desayuno,... nada. Y lo peor es que no nos han contactado para nada». Después de dos días, Otero explica que ha perdido la pista a otros pasajeros pero recuerda que en ese vuelo iban niños y también personas mayores, y que algunas sufrieron indisposiciones. «Pasamos horas dentro del avión con vómitos en el pasillo, y ni los retiraron. El trato ha sido nefasto».

Antonio Comas, antes de iniciar el camino ya de vuelta, aseguraba que ya han hecho las reclamaciones a la compañía: «Nos han tratado fatal, nos han dejado tirados, queremos que se cumplan nuestros derechos y que nos abonen absolutamente todo». El fin de la odisea llegó para ellos pasadas las 22.30 horas, cuando aterrizaron en Palma. Ahora «sólo nos queda luchar porque se han reído de nosotros».