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«No son artistas, son delincuentes». La encrucijada contra los autores de pintadas vandálicas en los trenes se endurece. Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM) ha contratado los servicios de un perito caligráfico que está haciendo un estudio y registro de todos los grafitis que se han llevado a cabo en los últimos años.

«Vamos a perseguir a los delincuentes hasta que acaben en prisión», asegura el gerente de la empresa pública, José Ramón Orta que, desde que se incorporó al cargo, en agosto de 2023, ha presentado más de 30 denuncias por pintadas vandálicas.

El año pasado 44 vagones de tren fueron pintados, lo que supuso una superficie de 383 metros cuadrados que limpiar. SFM se ha personado como acusación particular en todas las causas abiertas a través de sus denuncias y solicitará penas de prisión en todos los casos.

Ayuda a la policía

El fichaje del perito caligráfico facilita la identificación pericial de cada firma y sirve para demostrar la autoría de la pintada. El trabajo ayudará a la policía para identificar a los autores de las pintadas.

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Los informes periciales se utilizarán como pruebas en los procesos judiciales para condenar a los grafiteros. Desde SFM explican que la identificación de los vándalos puede servir de apoyo en otras investigaciones policiales abiertas en España.

El año pasado, SFM tuvo que desembolsar 77.600 euros para limpiar las pintadas en los trenes y 12.00 para reparar los desperfectos causados por los actos vandálicos en las instalaciones. Los grafiteros, durante sus incursiones, provocan daños en vallas, puertas, paredes o mobiliario.

SFM ha incrementado las medidas para luchar contra este tipo de acciones y ha reforzado el personal de seguridad en todas sus instalaciones. Además dispone de una unidad canina para la vigilancia nocturna en Son Rullan.

Denuncias y condenas

La empresa ha presentado este año un total de siete denuncias por pintadas vandálicas en trenes que han supuesto un perjuicio económico de 17.500 euros. La Audiencia de Palma a finales de marzo ratificó la condena de tres años de cárcel contra dos grafiteros, que residen en Catalunya y Madrid, por pintar un tren en Marratxí.

La cara opuesta a vandalizar los trenes la escenifican artistas como Joan Aguiló, que fue contratado por SFM para hacer un mural de la estación de Constància/Hospital de Inca, que se inauguró el pasado octubre. Las pintadas en los trenes no son arte urbano. Son vandalismo.