La consellera de Salut, Manuela García. | Jaume Morey

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La Consellera de Salut, Manuela García, confirma que «no está sobre la mesa» que Baleares multe a los pacientes que dejen tirado al médico, tal y como ha anunciado el gobierno francés que hará a partir del año que viene para prevenir y penalizar esta mala praxis.

Sin embargo, «hay que hacer educación sanitaria. Tenemos que ser sensibles y solidarios, hay mucha lista de espera de gente con patologías que hay que atender», señala la titular de Salut.

El año pasado, cerca de 240.000 personas no acudieron a la consulta con el médico y tampoco avisaron a tiempo para que otra persona la aprovechara.

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García advirtió de que desde Salut «se hace un sobreesfuerzo muy importante no sólo laboral, también económico, para facilitar la rebaja de las listas de espera y aumentar las consultas, así que es importante que no se abandone», señala.

El coste aproximado de este absentismo es de más de 26 millones de euros, y la cifra de 2023 se está manteniendo a lo largo de este año. Por este motivo, García «hace una llamada a la responsabilidad ciudadana para que se «conciencie» de que «la sanidad pública es uno de los mayores valores de España y hay que cuidarla».

Si bien se descarta lo de hacer pagar una multa para quien se ausente sin avisar a tiempo, la consellera no ve mal iniciativas que se propusieron en el pasado como la de informar al paciente del precio de los servicios que usa. «Es una buena medida porque parece que la sanidad no cuesta dinero pero hay que ser conscientes de que una consulta o una prueba complementaria tiene un precio, de que todo lo que hacemos tiene un valor», recordó. «Usamos unos 2.200 millones de euros en la parte asistencial del IB-Salut, el coste es elevado».

En el listado oficial de precios sanitarios de Baleares, una consulta de atención primaria tiene un valor medio de 63,2 euros, mientras que una hospitalaria oscila entre los 154 euros de una primera visita y los 92 de las sucesivas.