Josep Adrover, vicario general de Mallorca.

TW
18

Mn Josep Adrover, vicario general habla de la crisis de fe en la sociedad actual que pasa factura especialmente en Baleares.

Mallorca pierde bautizos, primeras comuniones y bodas ¿Ocurre en la misma medida que en otros territorios de España?

− No exactamente. Lo primero que tenemos que reconocer es que vivimos desde hace tiempo una crisis de fe. Se ha roto la transmisión de la fe en las familias, aunque hay excepciones gracias a Dios. La crisis de fe se da en todo occidente, pero en Mallorca quizá está más remarcada. Cuando comparamos nuestras cifras con las de otras diócesis vemos una mayor falta de fe.

¿A qué puede deberse?

− En Mallorca el número de personas que recibe estos sacramentos siempre ha sido más bajo que en el resto de España y a la vez es uno de los primeros lugares en los que la gente dejó de ir a la iglesia. Ocurrió antes que en la Península. A Mallorca le afecta más la secularización que a otros sitios.

¿Es una consecuencia de la insularidad? ¿Del turismo? ¿De un cambio social?

− Supongo que hay una parte que se debe al cambio generacional, pero también al boom del turismo. Los horarios del turismo no ayudan nada para ir a misa. Imagino que hay muchos factores, pero es cierto que el porcentaje de población que acude a misa o que recibe los sacramentos cada vez es más bajo.

¿Ocurre en todos los lugares de Mallorca?

− En Mallorca hay mucha diversidad. En Palma la gente de una parroquia de toda la vida siempre va a esa parroquia, pero luego hay gente que se mueve y va a parroquias que no son las de su barriada. En los pueblos no ocurre tanto. Es difícil saber por qué ocurre. Pasa sobre todo en Palma, pero también en los pueblos turísticos.

¿Es posible saber qué porcentaje de la población de Mallorca es católica en estos momentos?

− No lo sabemos, es muy complicado, pero sí podemos saber cuánta gente recibe los sacramentos porque cada año lo comunicamos a Roma. El papa sabe cada año cuántos bautizos se han celebrado en todo el mundo. Es una costumbre antigua. Ahora estamos terminando de reunir los datos del 2023.

¿Esperan una variación de la tendencia descendente de los cinco años anteriores?

− Es posible que se note algún cambio. Nos hemos dado cuenta de que con la COVID-19 el número de sacramentos bajó en picado. El día que el gobierno declaró el Estado de Alarma yo tenía una boda. Las bodas cayeron, se han ido recuperando y este año creo que se han recuperado aún más. Yo, que además de vicario soy párroco de cuatro parroquias, he tenido más bodas, comuniones y bautizos que los años anteriores. En Mallorca hay 150 parroquias. Hacemos reuniones con las parroquias vecinas y normalmente cuando yo noto un bajón veo que es algo general. Me atrevería a decir que habrá seguramente más sacramentos en 2023 que en 2022.

¿Les llegan parejas que se casaron por lo civil y ahora piden la boda eclesiástica?

− Sí, algunas. Muchos aplazaron las bodas, bautizos y primeras comuniones. Normalmente los niños hacen la primera comunión el año que cumplen 9 años y ahora nos están llegando con 12. Se suman niños que en años pasados no constan y ahora contarán. Parece que recuperamos a los aplazados. También hay gente que se decide a casarse ahora. Algunos se casaron en pandemia con muy poca gente y ahora nos piden una especie de celebración de boda. Son los casos más complicados porque los sacramentos son los que son. Les ofrecemos una bendición (es lo que la gente llama renovación de votos) pero no son sacramentos.

¿Cuántas iglesias hay actualmente en Mallorca?

− Hay 154 parroquias en Mallorca, iglesias son muchísimas, en este momento no lo tengo contabilizado.

¿Se han desacralizado iglesias en los últimos años?

− Se han desacralizado iglesias. Hay algunas, pero son muy pocas. Cuando ocurre es en zonas en las que ya no se celebraba culto desde hace años o en iglesias que han acabado teniendo un uso social para los ayuntamientos. En los últimos trece años recuerdo tres o quizás cuatro casos.

¿Qué ocurre con el clero en Mallorca, también caen las cifras?

− El número de sacerdotes también está bajando. Tenemos la estadística de sacerdotes diocesanos de Mallorca y también han venido de otros países con convenios con el obispado, por ejemplo de Nigeria, de China, de Cuba, de Méjico... En Mallorca ha habido una bajada espectacular. No llegan a 140. El clero ha envejecido, cada año pueden morir siete u ocho y no hay 6, 7 u 8 nuevos sacerdotes que se ordenen cada año en Mallorca.

Hace tiempo que decidieron reorganizar para poder atender todas las parroquias. ¿Está funcionando?

− Sí. Hay parroquias que no tienen párroco y están servidas por diáconos permanentes porque no hay suficientes sacerdotes. Son hombres casados que reciben el sacramento de la orden y se ofrecen para servir a la iglesia. Pueden administrar el bautismo y el matrimonio, pero no dar misa. No hay suficientes sacerdotes. Es una realidad que nos hace sufrir porque la demanda sigue existiendo. La unidad pastoral permite trabajar conjuntamente y facilita el trabajo porque la realidad es que ya no se pueden ofrecer los servicios completos a cada parroquia por falta de personal. Tenemos cuatro parroquias de Mallorca en las que los responsables son diáconos permanentes. Llevan la parroquia y los párrocos vecinos van a decir misa algún domingo. Ocurre en Ses Salines, Colonia de Sant Jordi y en Génova y Son Sardina en Palma. En Alcúdia, Port d’Alcúdia, Son Serra de Marina, Platja de Muro y Can Picafort hay un sacerdote que tiene la ayuda de dos diáconos. También las administran como un equipo porque el párroco no llega.

Habla de hombres casados, ¿qué ocurre con las mujeres?¿El auge del feminismo puede estar relacionado con el declive de la iglesia católica?

− Actualmente las mujeres no pueden ser diaconisas pero hay abierta una revisión porque parece que en los primeros siglos del cristianismo había diaconisas y el Papa actual tiene interés en recuperarlas. ¿Si las hubo antes por qué no puede haberlas ahora? Constituyó una comisión con la finalidad de que pueda haber mujeres diaconisas. Está en estudio, aún no ha tomado ninguna decisión. A él le gustaría, pero se está realizando un trabajo de documentación previo para demostrar que sería una figura recuperada de la iglesia primitiva. En la iglesia la tradición es muy importante y el Papa quiere demostrar que fue una tradición perdida.

¿Qué me dice sobre el feminismo y la crisis de fe, existe una relación?

− Una de las grandes asignaturas pendientes de la iglesia actual es colocar en su lugar adecuado a las mujeres. No están en el lugar que deberían y el Papa está transmitiendo este mensaje. Las mujeres tienen que ser cada vez más protagonistas en la iglesia. Con la legislación actual en organismos de Roma se ha ido nombrando a mujeres. Hay secretarias de dicasterios romanos (el equivalente a un Ministerio) Las mujeres ocupan el segundo lugar porque la legislación canóniga obliga a que los cargos de máxima responsabilidad sean obispos.

El Papa también ha impulsado un cambio para que las personas homosexuales puedan ser padrinos de bautismo. ¿Se ha dado ya algún caso en Mallorca?

− En la práctica aquí siempre había sido posible. Cuando vienen a pedirnos el bautismo no pedimos la orientación sexual del padrino o madrina. El Papa propone que si una persona no se puede casar por la iglesia, que se les pueda dar una bendición como personas, que no se cierre la iglesia. Esto ya se está haciendo, bendecirles, pero no tiene que parecer una boda. El Papa quiere que la iglesia acoja a todos y que nadie se sienta excluido. Jamás se ha cuestionado la orientación sexual de los padrinos.

¿Para bautizar a un hijo es necesario que los padres estén casados por la iglesia o confirmados?

− Todo se puede dar, la variedad de supuestos es increíble. Para bautizar a tu hijo se pide, pero no es un requisito imprescindible estar casado. Una de las causas por las que ha bajado el matrimonio es porque a veces se juntan dos separados. Ellos lo viven como un tormento. El hijo puede ser bautizado. El principio que tenemos es que nunca se puede negar un sacramento salvo casos muy graves. También, en el caso de un hijo de una pareja del mismo sexo no se juzga cómo se ha concebido el niño. En mis 27 años de sacerdocio nunca he negado un bautismo. La inmensa mayoría cree lo mismo que yo. Sí que hemos tenido que negar bodas de divorciados. Recomendamos que existe la posibilidad de anular el matrimonio, es bastante habitual. Eso disminuye los matrimonios católicos y lo digo con mucha pena, porque son gente muy creyente.

¿Qué porcentaje puede representar?

− No sé el porcentaje, pero un cambio de la ley habría más bodas seguro. Sobre todo me doy cuenta que vienen a pedir bautismo. Me consta que ha habido casos de personas del mismo sexo que han bautizado a sus hijos, pero es imposible saber el número.

¿Qué perfil tienen los católicos en Baleares?

− El 90% de los inmigrantes sudamericanos están bautizados, los de origen magrebí ninguno y los nórdicos son habitualmente cristianos bautizados en otras confesiones. De la población autóctona hasta hace 20 años al menos un 95% se bautizaba, ahora ha cambiado.

Antes hablaba del peso de la tradición. A mi personalmente me llama la atención que en muchos pueblos en los funerales hombres y mujeres se sienten por separado. ¿Es necesario un cambio?

− Creo que sí. Es una tradición que se va rompiendo pero yo creía que sería más fácil. Lo hacen por presión social, no por presión eclesiástica.Yo mismo a veces he invitado a los familiares a que se pongan juntos y la mayoría no han querido hacerlo. Es algo muy arraigado. Siempre explico que habitualmente por costumbre se sientan separados pero les invito a ponerse juntos. Son pocos los que lo hacen, son bastante reticentes por la tradición. Creía que así como la gente cuando va a la iglesia se pone junta, también la costumbre caería en los funerales por sentido común, pero no ha sido así. En mis parroquias son poquísimos los casos en los que se han puesto juntos y en Palma también ocurre.

¿Los funerales son la celebración que más se conserva?

− Han disminuido, pero no tanto. Son las celebraciones que se conservan más. Han disminuido más en Palma que en los pueblos. Con el Covid creía que tendrían una herida mortal pero no ha sido así. De hecho en el aniversario muchos han pedido una misa en memoria de alguien. La inmensa mayoría en mis cuatro parroquias hace funeral. Algunos no hacen funeral pero sí exequias en el cementerio.