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La vuelta del Joy Palace al mundo del ocio nocturno en Mallorca ha devuelto la nostalgia a muchos, que recuerdan aquellos alegres años en los que la Isla estaba repleta de míticos clubes que hicieron las delicias de la sociedad mallorquina. Se trata de establecimientos que marcaron a varias generaciones y que se convirtieron en el epicentro festivo de la noche local. Conciertos exclusivos, distintas personalidades y un ambiente de lujo eran los ingredientes perfectos para darse cita en varias salas de fiesta que, sin duda, han pasado a la historia para muchos.

Quizá una de las que marcó un antes y un después en la noche mallorquina fue Tito’s. La histórica discoteca abrió sus puertas en 1923 y, rápidamente, se convirtió en uno de los lugares más populares del ocio isleño. En los años 80, con la llegada de Bartolomé Cursach, la sala se transformó en la discoteca que se convirtió en la dueña y señora de la fiesta en Mallorca. El ajetreo, sus icónicas fiestas y los espectáculos que se celebraban en el recinto le dieron una enorme popularidad también a nivel nacional e internacional.

Otro de los puntos clave de aquella época tan añorada por algunos, se sitúa en la conocida Plaza Gomila, que se convirtió en un lugar muy concurrido de la noche mallorquina hace ya muchos años. Allí se encontraba uno de los locales que enganchó a parte de la sociedad local, como es el ya desaparecido Tagomago, que tuvo mucho éxito en los años 50 y que se disputaba la hegemonía del ocio nocturno junto a Tito’s. Aunque en Gomila también había otros locales de ambiente que tuvieron una enorme importancia, como Barbarela o Sgt. Peppers, que tuvo el honor de ser inaugurada por el guitarrista Jimi Hendrix. Sin embargo, la zona cayó bastante en decadencia con la apertura de nuevos locales en el Paseo Marítimo, que captaron a gran parte de los clientes que se dejaban ver antes por Gomila.

Años más tarde, se pusieron de moda las salas underground en Palma. Una de las más reconocidas fue Factory, ubicada cerca de la plaza Mediterráneo. Y es que para muchos fue considerada como el mejor punto de encuentro para los amantes de la música electrónica. Por otro lado, el Warehouse también estaba muy bien considerado dentro del ámbito underground de Mallorca. El local, que estaba situado en una nave del polígono de Can Valero, era conocido por las sesiones de jóvenes promesas de la música electrónica.

Las noches inolvidables en Es Fogueró

Sin duda, uno de los lugares de ocio más recordados es Es Fogueró. Esta conocida sala de fiestas-restaurante ubicada en Alcúdia, se inauguró por todo lo alto en 1989, aunque el elevado precio de la entrada (unas 15.000 pesetas de entonces) terminó con este revolucionario local, que cerró sus puertas hace más de 30 años y cuyo aspecto actual es demoledor. Atrás quedan aquellas noches en un establecimiento en el que Julio Iglesias ofreció un concierto en 1992.

Imagen de una velada en Es Fogueró. Foto: Archivo UH

Otro centro de ocio que provoca hoy nostalgia se encuentra en Binissalem. Se trata de Es Foro de Mallorca, en los años 70 en toda una referencia en Es Raiguer. Además de fiestas, se podía visitar su famoso museo de cera y disfrutar, por aquel entonces, del primer tobogán acuático que se instaló en toda la isla y que estaba en sus mediaciones. Sin embargo, el paso del tiempo provocó que este espacio de ocio cerrara sus puertas definitivamente hace ya algunos años.