David Gil, conseller electo de Vox, durante su polémica intervención en el pleno. | R.L.

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La Conselleria de Presidència del Govern ha abierto diligencias previas contra el conseller electo de Vox, David Gil, por enaltecer el Golpe de Estado de 1936 al referirse al mismo como «última cruzada de liberación» en el pleno de la institución insular. No actúa en cambio contra el presidente del Consell, Llorenç Galmés, que permitió que Gil utilizara estas palabras y continuara su discurso durante el debate de una moción de Més para restituir la señalítica de las carreteras construidas por presos republicanos. Ni siquiera le reprendió.

Fuentes del Govern confirman la apertura de diligencias contra Gil a petición de la asociación de víctimas de la Guerra Civil y la represión franquista (Memòria de Mallorca), de Podemos y del PSIB. Al mismo tiempo afirman no poder abrir diligencias contra el presidente del Consell, Llorenç Galmés, porque las acusaciones que versan sobre él (permitir en enaltecimiento del alzamiento militar) «están reguladas por la Ley de Memoria estatal». «No tenemos competencias al respecto», dicen las mismas fuentes.

Gil se expone a una multa de entre 2.000 y 10.000 euros por un presunto delito de odio y apología del franquismo. Galmés se juega una sanción de hasta 100.000 euros por no impedir la comisión del delito. Memoria de Mallorca y Podemos fueron los primeros en denunciar los hechos, un día después del pleno. Lejos de rectificar sus palabras, en las últimas semanas Gil ha reafirmado su postura.

Ante la inactividad inicial de Presidència, Memòria y Podemos pusieron el caso en conocimiento de la Fiscalía de Derechos Humanos y Memoria Democrática. También denunciaron en el Ministerio de Presidencia al entender que los hechos también incumplen la ley estatal de memoria. Posteriormente el PSIB denunció no solo a Gil sino también al president del Consell, Llorenç Galmés, por permitir el enaltecimiento del Golpe de Estado, un delito castigado con hasta 100.000 euros.

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David Gil se ha mantenido firme hasta ahora reafirmando su discurso. «De momento no se me ha comunicado oficialmente que se me haya abierto expediente. Si lo hacen evidentemente presentaré alegaciones, porque entiendo que siempre que no se incite a la violencia cada uno en un debate público puede expresarse de la manera que quiera», dijo este lunes a Ultima Hora.

El portavoz adjunto de Vox en el Consell justifica su intervención por sus convicciones religiosas. «No soy un fascista sino un buen católico. Hablaba de cruzada de liberación para reflejar, como buen católico que soy, que el alzamiento se produjo cuando se asesinaba a sacerdotes y monjas», dice convencido de su argumentación

El que sí ha rectificado es el presidente del Consell de Mallorca, Llorenç Galmés, que en el momento de los hechos no intervino para impedir la presunta apología del franquismo, un delito que está penado por ley.

Aunque el presidente del Consell había evitado intervenir en los primeros días del suceso y se había limitado a calificar de «desafortunadas» las declaraciones del portavoz adjunto de Vox, un día después de que el PSOE presentara denuncia contra él por permitir presuntamente el enaltecimiento del golpe militar pidió disculpas, condenó las afirmaciones y anunció que no solo exigirá en el próximo pleno una rectificación a Gil, sino que además pedirá que la denominación ‘Cruzada de liberación’ no conste en el acta de la sesión plenaria del 8 de febrero.

Precisamente Presidència del Govern (encargada de cursar y responder a las denuncias que afectan a la Ley de Memòria democràtica) explica que está «a la espera» de que la institución insular le remita el acta de la sesión plenaria del 8 de febrero en la que David Gil habla de ‘última cruzada de liberación’ al referirse al golpe de Estado de 1936 que dio origen a la Guerra Civil y a la posterior represión franquista.